El Gobierno tiene previsto en los próximos meses al menos seis aumentos entre gas y electricidad (dos cada uno), transporte y naftas, aunque con porcentajes menos significativos que los del año pasado. Es por eso que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo el martes que llamar "tarifazos" a las próximas subas en los servicios es una "percepción subjetiva".

Con escaso costo político después de las elecciones legislativas del 22 de octubre, la primera suba será en las naftas y el gasoil. Las empresas con YPF, Shell y Axion a la cabeza se alistan para incrementar entre un 6% y un 11% los precios en las estaciones de servicio, de acuerdo con la evolución del tipo del cambio y del crudo Brent en Londres. El ajuste se produciría en las siguientes horas a los comicios, aunque podría postergarse hasta el 1° de noviembre. "Lo necesitamos hacer cuanto antes", dijo en off un importante ejecutivo del sector.

Para "fin de año", el ministro de Energía, Juan José Aranguren, ubicó las actualizaciones en gas y electricidad. Para la luz, que debería subir en noviembre, las compañías dijeron que no hubo reuniones en las últimas semanas, pero estimaron incrementos de entre 15% y 20% en la factura final. Sin embargo, el ajuste puede ser mayor por el costo de la generación eléctrica.

El Valor Agregado de Distribución (que cobran Edenor y Edesur y representa el 47% de la boleta con impuestos) se ajustaría 19% en noviembre y otro 17% en febrero de 2018. Con el objetivo de reducir el aporte estatal, el costo de generación ($ 640/MWh en todo el país) también se actualizará, aunque el Gobierno no definió cuánto. Después de febrero sólo se aplicarán subas semestrales por inflación, con excepción de un cargo mínimo que se actualizará desde el segundo mes del año que viene en 48 cuotas.

Para el gas, el incremento se divide entre lo que se pagará por la producción y por la distribución. En diciembre, las distribuidoras empezarán a cobrar el 40% del total que se les aprobó en la Revisión Tarifaria Integral (RTI), ya que en abril de este año comenzaron a percibir el 30%, según las resoluciones emitidas por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas).

Las voces del sector privado contactadas por El Cronista hablan de un aumento que sería cercano al 20% en la factura final, sin contar que la mayor parte de la boleta está en lo que se paga por la producción del combustible (gas en boca de pozo). Otras fuentes estiman un 40% en total.

En cuanto a transporte, el ministro insistió en los últimos meses que "no habrá subas en el corto plazo", pero nunca respondió sobre qué pasará desde el primer día de 2018.

Los privados calculan entre 30% y 50% de incremento, que podría llevar el boleto mínimo de colectivo de $ 6 a $ 8, o $ 9. Aunque el Presupuesto que envió el Gobierno contempla una fuerte reducción de fondos para el área de Transporte (habrá $ 93.871 millones, 1,7% menos en términos nominales y una caída real cercana al 19%), fuentes de esa cartera aseguran que "no hay nada definido, ni en montos, ni en plazos" y que los menores subsidios no se relacionan directamente con el eventual aumento de los boletos de tren y colectivo.

Respecto a las tarifas del agua, desde Aysa dijeron a este medio que "no hay novedades para los próximos meses", aunque no descartaron que en 2018 pueda haber algún nuevo incremento.