El inicio del mes pasado fue complejo para las zonas del sur de la región pampeana ubicadas por debajo del Salado bonaerense, observándose en los últimos diez días del mes un desplazamiento de los máximos pluviales hacia el centro de la región pampeana. A pesar de que los totales pluviales definieron una anomalía positiva generalizada, este cambio de la última parte del mes quitó presión sobre el sur de la región pampeana.

Hubo una extendida zona donde los acumulados tuvieron un piso de 140 milímetros, con un fuerte impacto que va desde la cuenca lechera santafesina, tomando todo el sur entrerriano, ampliándose hasta el centro bonaerense. Como hemos mencionado este máximo no tuvo una distribución temporal simultánea.

Las lluvias también fueron importantes fuera de este epicentro, pero en general encontraron un techo en los cien milímetros. Fue muy buena la oferta de agua sobre el sudoeste de BA y sur de LP, donde el comportamiento puede considerarse benéfico. La extensión de las lluvias hacia el oeste de CB, encontró un corte a mitad de camino, pero también puede considerarse muy satisfactorio el avance de las precipitaciones sobre este territorio. Está claro que el departamento Río IV y la provincia de SL, se han caído de la zona con sobreoferta de precipitaciones. Al mismo tiempo vemos que las lluvias aún no muestran condiciones para manifestarse sobre el NOA, salvo con registros modestos o lloviznas. En forma negativa este patrón ha afectado el oeste chaqueño, donde las lluvias ya se deberían haber mostrado algo más generosas.

La comparación de las precipitaciones registradas durante el mes de septiembre con las estadísticas correspondientes (1973-2016), nuevamente responden (como en casi todo el año) con una vasta anomalía positiva, sobre la región pampeana. La normal retracción de las precipitaciones del trimestre frío, no se ha manifestado y dentro de este contexto el comportamiento de septiembre no puede llamar demasiado la atención. Podríamos decir que la oferta de agua se mostró en línea con un patrón que ya viene instalado

Vemos en el mapa toda la región pampeana tomada por una anomalía positiva, con una sobreabundancia destacada en la zona del máximo antes descripto. El mínimo centrado en la zona de influencia de Río IV en CB, seguramente es más generalizado en la zona, pero es el único dato oficial que se integra en la confección del mapa. La extensión del desvío positivo hacia SL y LR, no es relevante. Estas provincias en septiembre normalmente no reciben lluvias y con apenas unos milímetros, la comparación resulta exagerada.

Sobre el extremo noreste del país aparece el desvío negativo que se define a partir de la pobre oferta de agua que se dio en la zona. Se observa la rápida transición de la anomalía positiva que se extiende hasta el centro correntino y se diluye hasta definir desvío claramente negativo en el norte de Misiones. Esto también se refleja sobre el norte chaqueño y la zona oriental del Paraguay.

En un análisis de gran escala, debemos incorporar a gran parte Uruguay y el sur Río Grande do Sul, a la anomalía positiva y desde allí hacia el norte, extendiéndose hacia el Mato Grosso, la vasta anomalía negativa de las precipitaciones. Un claro comportamiento complementario. Debemos destacar, que para las áreas de mayor índice de continentalidad (más mediterráneas), no puede considerarse demasiado inusual este tipo de deficiencia en septiembre. Si es menos común que haya llovido mal sobre Misiones, sudeste de Paraguay, el resto del sudeste de Brasil.

En esta primera decena de días de octubre, el patrón pluvial ha cambiado. El epicentro de las grandes lluvias se ha desplazado hacia el extremo noreste del país, configurando un patrón que da una oportunidad a las zonas agrícolas anegadas de la región pampeana, al menos y por lo pronto, los eventos pluviales en la región de la pampa deprimida han sido insignificantes.