Desde la ciudad de Boston en EE.UU. escribimos estas líneas con la mirada puesta en la Argentina que sufre de un marcado deterioro en el poder adquisitivo del dólar, moneda con la cual se establece el precio de los granos.

Con un dólar en baja y un considerable ritmo de inflación, se hace difícil que el precio interno mejore en términos reales.

Sin embargo, no debería extrañarnos que, una vez superadas las elecciones, el Banco Central intervenga en el mercado de cambios para dar mayor aliento a la competitividad de la economía, alentando un alza en el valor del dólar.

En la actualidad, el productor recibe un precio, en términos reales, visiblemente menor por la soja que vende, respecto a la misma fecha del año anterior.

La cuenta es sencilla: la soja vale hoy apenas un 10% más que hace un año. En tanto, la inflación llegó a poco más del 23% en este período. Claramente, el tenedor de soja cobra menos que hace un año.

La situación podría corregirse cuando el dólar retome un nivel más aceptable en términos de la cuenta corriente de la balanza comercial. Es demasiada la cantidad de dólares que ingresa, por las vías no comerciales.

Otra buena noticia podría venir de las importaciones de biodiesel por parte de EE.UU.

Poco después de iniciada la segunda quincena de agosto, el Departamento de Comercio de ese país decidió imponer aranceles provisorios del 57% en promedio a la importación de biodiésel argentino, tras dar lugar a la demanda presentada por la National Biodiesel Board (Cámara Nacional de Biodiésel estadounidense).

La sanción impuesta prevé alícuotas que van desde 50,29% hasta 64,17% para las importaciones provenientes de Argentina.

Como sabemos, los aranceles aplicados al biodiésel importado de la Argentina, en rigor son una suerte de prohibición.

La industria argentina abastecía el 27% de la demanda EE.UU, lo que representa casi 2 millones de toneladas anuales de un mercado de 4 millones de toneladas.

Así las cosas, esta medida se está convirtiendo en una suerte de un boomerang: la economía sojera sufre la falta de mercadería. Y los precios lo están sintiendo.


Globalpetrolprices.com

Esto nos permite genera una expectativa de cambio favorable a nuestros intereses.

Cambiando de tema, permítannos contarles que mañana nos reunimos con Ray T. Goldberg en la Universidad de Harvard. Se trata de un académico, a quien podríamos llamarle el padre de la disciplina de los agronegocios. En el próximo comentario, haremos referencia a este encuentro.