Aterrizar del avión en cualquier aeropuerto de Cuyo tiene un denominador común, empezar a respirar vino. Un cartel con una copa, una chacra con un viñedo o una foto de una barrica de madera, son señales que uno recibe recién llegado. Y San Juan no es la excepción.

La Universidad Católica de Cuyo tomó el desafío de realizar la 21 edición de EVISAN, la evaluación de Vinos de San Juan, que año tras año y junto con el apoyo gobierno provincial, se propone como ámbito de referencia de cada cosecha. No es un concurso tradicional donde cada jurado le pone una calificación, sino que persigue el objetivo de elegir, mediante evaluaciones previas, las 10 mejores muestras de la añada marcando la calidad de los varietales.

En un salón de eventos céntrico, autoridades del Ministerio de Producción y Desarrollo Económico de San Juan, junto con el Consejo Profesional de Enólogos y otras entidades afines, la cadena del vino puso de manifiesto su top ten. Dos vinos blancos y ochos tintos fueron descriptos por los enólogos con sus características visuales, olfativas y gustativas ante un público especialista que superaba las 200 personas.

San Juan y Mendoza son las provincias con más historia en producción e industrialización vitivinícola, pero sin duda los mendocinos trabajaron mejor el marketing. Hoy el vino está presente en casi todo el territorio nacional, sumando a Salta, Catamarca, Jujuy y hasta la misma Patagonia se presenta como una zona referente en la materia. La provincia de Buenos Aires, por ejemplo, tiene viñedos a pocos kilómetros del Obelisco.

Los sanjuaninos tiene que empezar a creérsela. Tienen mucha historia para empezar a mostrar y “un producto que tiene la mejor relación de precio/ calidad” según destacó Juan Carlos Fola, especialista en la materia.

Las voces del vino

Hablando con los dirigentes del sector, se percibe un optimismo con la penetración que han tenido en los últimos años el producto en los jóvenes. El vino tinto frutado y el blanco dulce, han logrado penetrar en un estrato social que va de los 20 a 30 años, abriendo las puertas a un nuevo mercado. Los bodegueros se van adaptando a los consumidores.

Dentro de las amenazas, la importación que han hecho empresas y cooperativas en los últimos meses, asusta a un sector que siempre vivió con lo propio. Según comentan “traen en toneles de Chile con muchos litros para mezclar con los vinos de baja calidad” y desafían a que uno mire atentamente las etiquetas “y vas a ver que chiquitito dice que la procedencia es Chile” aseguran los voceros.

Bodegas

En pleno centro de la ciudad capital uno puede encontrar alguna bodega que quedó, con el pasar de los años, rodeada por casas donde habitan familias. Tal es el caso de La Guarda Wines, una empresa que apostó a la exportación subiéndose a los nuevos standares modernos del mercado. Vinos jóvenes envasados en etiquetas coloridas. En las instalaciones que no superan los 1000 m2, además de la estructura industrial, uno puede encontrar parrales con distintas variedades de uvas para que los turistas puedan una planta y una fruta en pleno crecimiento.

Pero si la preferencia es conocer una finca típica de San Juan, que además de industrializar tenga producción, puede recorrer unos 10km y llegar a la localidad Zonda donde la bodega “Merced del Estero” muestra 11 hectáreas dedicadas a esta actividad. Además de recibir de manera gratuita todos los días de la semana a los visitantes nacionales y extranjeros, atendida por sus dueños, uno puede degustar unos varietales típicos del lugar. Esta familia, que hace solamente 15 años se dedica a esta actividad, llegó a las 60 mil botellas de producción el año pasado.

Importancia de la provincia

San Juan es el segundo territorio vitivinícola del país, detrás de Mendoza. En sus valles concentra el 22% de la superficie total de vid implantada con casi 49.000 hectáreas. De ellas, el 78% se utiliza para la producción de vinos y el resto para la venta de uva de mesa, pasas y otros usos.
En esta región las variedades de uva que se encuentran, reconocidas internacionalmente son: Malbec, Syrah, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc, Tannat, Bonarda, Chardonnay, Sauvignon Blanc y Viognier principalmente.

Según el Instituto Nacional de Vitivinicultura, en 2017, la provincia cosechó 550 millones de kilos de uva, de los cuales se destinaron a vinificación más del 90%, elaborando casi 230 millones de litros de vino y 160 millones de litros de mosto.

Por Carlos M. Curci González