Según un informe de técnicos de Grupo Agros para LA NACION, la cantidad de hectáreas afectadas por el agua, entre inundado y anegado, en la Pampa es de aproximadamente 1.500.000. Esto entre Catriló, General Pico, Quemú Quemú, Eduardo Castex, Embajador Martini, Realicó e Intendente Alvear, con una afectación del 60% aproximadamente.

En tanto, según el reporte, en Buenos Aires, en General Villegas y Florentino Ameghino, hay un 80% de afectación, mientras que Carlos Tejedor, Rivadavia y Trenque Lauquen tienen afectadas unas 100.000 hectáreas cada localidad. "En cuanto a Guaminí, Salliqueló, Pellegrini, Pehuajó y Tres Lomas, están afectados en un 30 a 40% y los partidos de Daireaux y Henderson superan el 45/ 50 % de afectación", detalla.

"Hoy el porcentaje de hectáreas inundadas en La Pampa es inferior a meses atrás, pero situación inversa se da en Buenos Aires. De todas formas, la situación en ambas zonas es crítica y dependemos de las lluvias de primavera-verano para agravar o mejorar el panorama", sostienen los técnicos.

"El mayor inconveniente no sólo fueron los milímetros caídos, que elevaron las napas sino también el agua que se desplaza desde el norte (Córdoba y Santa Fe) hacia estas zonas, ya sea por cauce natural o no, debido a que hoy no existe reglamentación clara, creando conflictos interprovinciales y entre partidos", agregan.

Los técnicos prevén un fuerte recorte del área en las zonas afectadas. "La perspectiva o panorama de hoy es una reducción del área de siembra de 50% en La Pampa y un 30/40% en Buenos Aires, dependiendo del partido", explican.

Como dato positivo, señalan que la media térmica está subiendo al igual que las horas luz, lo que ayuda a una evaporación constante de unos 10 mm diarios. "Si el clima es favorable, con lluvias normales, más bien bajas, ayudaría notoriamente a un incremento en las hectáreas de la superficie de siembra que hoy se está hablando", indican.

Para los técnicos de Agros, otra alternativa que hoy los productores tienen en cuenta es retrasar la siembra del maíz, "ya que decreció notablemente la intención de siembra de girasol, porque el área afectada es sumamente girasolera".

"También hay que tener en cuenta que todo esto hizo que a hoy en día haya muchos lotes sin barbechar o mal barbechados, lo que va a generar un gran cuello de botella de logística y distribución de productos", añaden.