Las lluvias derriban al trigo, quitan 250 mil ha en Buenos Aires Arrebataron de la siembra 150 mil ha en Buenos Aires y ahora, por este último evento ya se calculan 100 mil ha pérdidas de lotes implantados en el centro, oeste y noreste de Buenos Aires. En La Pampa serían 35 mil ha las que no se cosecharían. Córdoba modera la situación. Allí, esta última tormenta mejoró el estado de los trigos del este, del extremo sur y a los que se ubican en la franja central de la provincia. En esta pro-vincia también se detectaron más hectáreas sembradas con el cereal. Con estos cambios, el área nacional de siembra de triguera pasa a 5,4 M de ha y se descuentan 150 mil hectáreas implantadas que se han perdido. Los rindes deberían acer-carse a los record del año pasado para alcanzar los 17 M pro-ducidos el año pasado.

El maíz se encamina hacia su campaña más importante. Se sembrarían 6,2 M de ha en este nuevo ciclo, casi 6 puntos por encima de la 2017/18. Pero hace su aparición en medio de se-veras complicaciones. Tras las últimas lluvias, el riesgo de la siembra ha aumentado. Las napas saturan los suelos hasta pocos centímetros de la superficie en buena parte de la región pampeana. Los excesos hídricos son masivos en Buenos Ai-res. Será una implantación muy trabada y difícil, con tiempos y posibilidades de siembra que estarán al límite. Pero en su punto débil también está su fortaleza. En un año en el que el Pacífico no colaborará con humedad extra, estas reservas pueden resultar fundamentales para asegurar la producción argen-tina.

En soja, la intención de siembra 2017/18 se proyecta en 18,8 millones de hectáreas. La siembra retro-cedería apenas un 1%. Con estos guarismos, Argentina proyecta una producción en soja de 54,5 M de Tn y en maíz de 41,0 M de Tn.

  • Trigo 2017/18

Hace un mes, por los excesos y la continuidad del mal tiempo 330 mil ha estaban condicionadas de ser sem-bradas. Finalmente, 150 mil ha no pudieron ser incorporadas a los planes trigueros. De esta manera, se ajustó el área sembrada bonaerense a 2,028 M de ha. Uno de los ajustes más significativos se realizó en la zona tandilense. El sudeste, área clave del trigo, sigue sin poder desplegar su potencial. En conjunto con el área de 3 Arroyos, han implantado 710 mil ha. Sigue aún lejos de acercarse a sus mejores épocas, cuando se cultiva-ban allí más de 1,5 M de ha. Este ajuste negativo ha sido moderado por la detección de más trigo en la provincia de Córdoba. Con un aumento interanual de 8,2%, se han anexado allí 75 mil ha más a las cultivadas en la 2016/17. Otro pequeño ajuste se ha hecho en el sur de Santa Fe. Excepto en el departamento de General Lopez, se han incorporado 20 mil ha más. De esta manera, la siembra triguera en la República Argentina queda totalizada con 5,4 M de ha, o sea un 1% menos que en la cifra anterior. El cultivo de trigo consolida un aumento interanual de 1,5%.

El mes de agosto se ha caracterizado por mayores montos lluvias. Han superado el doble de sus medias en muchas áreas, y han traspasado los límites habituales, ganando terreno sobre el oeste bonaerense y afectando a buena parte de La Pampa. El comienzo de setiembre, sobre todo con la última tormenta que dejó en el centro de Buenos Aires lluvias en torno a los 100 mm en un área muy extensa de la provincia, se ha cobrado 100 mil ha trigueras. En La Pampa se estiman 35 mil ha perdidas. A nivel nacional, la superficie de trigo que quedará por fuera de la cosecha se totaliza en 150 mil ha.

En la provincia de Santa Fe se observa un desarrollo bueno a muy bueno en los cuadros sembrados. Se notan algo adelantados por las temperaturas, no tan bien macollados como el año pasado, pero con muy buenos niveles de coberturas. Ha ayudado, probablemente por la experiencia que dejó el año pasado, el aumento que se hizo en las densidades de siembra. El cultivo está creciendo con muy buena condición. Este año se marca la problemática de enfermedades. Son momentos claves donde se siguen realizando los controles para man-tener los cultivos sanos y no comprometer la emergencia de la hoja bandera. Las perspectivas son buenas y, exceptuando los inconvenientes que este último temporal causó en el extremo sur de la provincia, la llegada del agua afirma el buen desarrollo de los cuadros.

En el norte cordobés las lluvias siguen haciendo falta. Junto a los departamentos del sur de Rio Cuarto y Juárez Celman conforman las áreas en las que la reciente lluvia no fue suficiente. Los departamentos más favorecidos han sido Unión y Marcos Juárez. En estos, ya no quedan prácticamente signos de la gran helada que los afectó drásticamente en su momento. Mientras se realizan los controles fúngicos, en general se estima que de no haber mayores inconvenientes se podrían alcanzar productividades en torno de los 40 a 45 quintales. En las zonas que han quedado más deficitarias, unas próximas lluvias de 10 a 20 milímetros serán muy bienvenidos para que la provincia mantenga su horizonte de altos potenciales productivos.

El estado de los cultivos en las provincias de Chaco y Santiago del Estero es bueno a muy bueno. El trigo está transitando etapas de alta demanda hídrica. Numerosos cuadros ya están espigados y llenando sus granos. Hay algunas deficiencias de agua pero no son destacables. El factor más importante que definirá sus posibili-dades será el comportamiento de los vientos cálidos que provienen del norte. De todas maneras se estima que será un buen año en el que se podrían alcanzar productividades en torno a los 20 y 25 qq/ha.

Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos se perfilan con un potencial muy bueno en términos de rinde. Pero el comportamiento de las lluvias en los próximos quince días será muy importante para evitar que las pérdidas se incrementen, sobre todo en la provincia de Buenos Aires.

Los guarismos de superficie del trigo 2017/2018 seguirán revisándose mensualmente, hasta llegar a la confi-guración final. Los datos para la provincia de Entre Ríos son tomados del SIBER, de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos.

En el siguiente cuadro mostramos los datos estimados para cada provincia.

  • Maíz

Se estima un 6% de suba para la nueva siembra maicera respecto de su ciclo anterior. Así, se cultivaría un total de 6,2 M de ha versus las 5,85 millones del año pasado. De todas maneras es muy importante destacar que podría haber cambios en los próximos meses que afecten el nivel de siembra. El comportamiento de las lluvias en lo que resta de setiembre y de los precios internacionales podrían afectar estos guarismos.

Tomando como supuesto 1,0 M de ha sin entrar en el circuito de comercialización granaria, la producción para grano tendría una base cosechable de 5,2 M de ha. Los pronósticos suponen que las lluvias no estén tan favor del ciclo del cultivo como el año pasado. Por otro lado, se parte de excelentes reservas de agua, que incluso pueden entorpecer severamente la siembra. Por lo tanto podría esperarse un escenario de producción favorable en el que se alcanzase un nivel de rinde similar al del año pasado (79 qq/ha). Bajo estas conjeturas, la cosecha maíz 2015/16 estaría arrojando un volumen de 41 M de Tn.