Es razonable esperar que en esta transición de agosto para septiembre la oferta de agua lentamente gane terreno hacia el oeste, sin embargo esto aún no se perfila y las lluvias siguen concentradas sobre la franja este del país.

Partiendo de la situación hídrica actual podemos estimar cual es la capacidad receptiva de las distintas zonas agrícolas de la región pampeana. Si a esta información la cruzamos con el pronóstico de lluvias previstas podremos mapear las zonas vulnerables. Aquí es donde radica el problema de las próximas lluvias, las mismas parecen empeñarse en cubrir zonas sin ninguna necesidad hídrica al menos por dos semanas y en muchas de las cuales la situación se plantea crítica antes de que estas precipitaciones se concreten.


En el mapa se presenta la nula necesidad de precipitaciones sobre la provincia de BA y gran parte de ER y entendemos que dada la persistencia de anegamientos sobre el oeste de BA y el sur de SF, es muy razonable pensar que estas zonas también serían perjudicadas por nuevos sistemas precipitantes.

Los acumulados previstos para el fin de semana y el comienzo de la semana próxima, impactan de manera contraria a las necesidades hídricas. Por esto debemos considerar que las próximas lluvias más allá del evento en sí mismo, necesariamente fortalecen la condición de emergencia que domina toda la parte del centro y este de BA, como así también todos los partidos linderos de la cuenca del Salado. El problema no es menor para ER y el sur de SF. Sobre ER, hay mejor capacidad de drenaje y posiblemente se vea favorecido con lluvias de menor monto que BA, pero el sur de SF con muy poco estará en problemas.

La contracara de este problema es el aumento de la demanda de lluvias sobre la provincia de CB y el oeste de SF. El sistema de mal tiempo que se proyecta para el fin de semana, no define una situación que se aliñe con paliar estas necesidades hídricas y por lo tanto el aumento de la demanda se mantendrá creciente con el transcurso de septiembre. La segunda quincena del mes debería poner de manifiesto los mecanismos que procuren el corrimiento de las lluvias hacia el oeste. Por lo pronto el este sobrado está en problemas y apenas comenzando septiembre ya se puede proyectar que los sobrantes de humedad no dejaran de acosar a las maltratadas zonas agrícolas y ganaderas del este de BA.

El sol de octubre dará la respuesta para ver como vastas zonas hoy muy complicadas por los excesos pueden encarar la gruesa. Justamente el inicio de la gruesa se mueve en una nube de interrogantes, debido a la diversidad de escenarios hídricos que plantea esta problemática persistente de la dispar distribución de precipitaciones.