Cerca de un 20% es lo que se estima que podría caer la producción de paquetes de yerba mate en este ciclo, en comparación con el promedio de años anteriores. Se debe a las constantes lluvias, sobre todo en mayo y junio, que afectaron al litoral argentino y a la provincia de Misiones en particular, pero también a cuestiones administrativas y burocráticas, relacionadas con la falta de acuerdo por el precio a pagar a productores. Ese problema demoró el inicio fuerte de la cosecha por dos meses y en el sector yerbatero se espera que la producción total se contraiga cerca de un 40%.

Así, se pasará de una cosecha de hoja verde de más de 800 millones de kilos, nivel que alcanzó en los dos años anteriores, a cerca de 600 millones para el actual ciclo (cosecha que finaliza en septiembre), mientras que para el consumo para el mercado interno, la relación se contraería un 20%. Así lo estimó Julio Peterson, dirigente de la Asociación Civil Yerbateros del Norte que adelantó que con estos niveles de producción estarían faltando cerca de 60 a 80 millones de kilos de paquetes para el consumo interno. "Es un impacto grande tanto para los consumidores como para más de 40.000 familias de productores y trabajadores, entre cosecheros y transportistas, que viven de la actividad en Misiones, donde es una de las actividades más importantes", sostuvo el dirigente.

Ante la consulta de si la actual situación podría acelerar una suba de precios de los paquetes en las góndolas, estimó que dependerá de la capacidad del Estado de controlar a las industrias, y del stock que estas tengan acumulado.

Aunque fuentes de la industria confiaron en que no debería haber preocupación por la situación, debido a que los indicadores de stock acumulados tanto de yerba molida como de canchada "no señalan alarma hasta el momento", del lado de los productores remarcan la situación de que hasta hace unos meses la materia prima se pagaba con cheques diferidos a 200 días y en los últimos días se comenzó a pagar en efectivo, por la urgencia de las compañías de asegurarse materia prima. "Antes no venían a ver las plantaciones, pero ahora recorren los yerbales para ver quién tiene el producto para vender", afirmó Peterson.

Según datos del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), ya en los primeros seis meses del año el del 2017 fue el registro más bajo, teniendo en cuenta desde 2014, en cuanto al ingreso de hoja verde a los establecimientos de secanza. Entre enero y junio ingresaron 410,8 millones de kilogramos, contra 477,1 millones que entraron en el mismo período de 2016 (una contracción del 14%).

Más allá de las condiciones climáticas, a lo largo del año los productores llevaron adelante protestas y cortes de ruta en reclamo por el precio pagado por la industria. En abril el Gobierno, a través del Ministerio de Agroindustria, fijó nuevos precios para pagar al productor: propuso un laudo para los valores del kilo de hoja verde de $ 6,12 y hoja canchada de $ 22,202, lo que implicó aumentos interanuales del 24,17% y el 23,13%, respectivamente.

Los productores pedían un precio de $ 7 el kilo de hoja verde. Aunque reconocieron la recomposición, desde la Asociación de Productores advierten que con los gastos en alza y la inflación "no se llegan a cubrir los costos de producción". En tanto, Peterson estimó que para octubre, noviembre, el productor ya no va a tener producto que entregar.