Si nos enfocamos directamente al sector productivo agropecuario, donde la Bolsa de Comercio de Rosario tiene mucho para decir, creemos estar atravesando un momento como no lo teníamos desde hace más de dos décadas. Aunque todavía es necesario avanzar sobre aspectos que consideramos importantes, como la reforma tributaria o las deficiencias logísticas en infraestructura de transportes, por citar algunos de ellos.

El sistema impositivo actual, donde existen 25 impuestos nacionales de los cuales sólo 5 de ellos recaudan el 87% de los ingresos, debería simplificarse. Y esto no implica desfinanciamiento estatal, porque la base tributaria se ampliaría en la medida que bajen las alícuotas de todo tipo de impuestos que terminan influyendo en el precio que paga el consumidor de esos productos.

Ingresos Brutos es un tributo que grava en cascada y, por efecto de piramidación, ya que se acumula sobre las ventas en todas las etapas del proceso productivo. De esta forma, afecta la competitividad local e internacional de la producción: en la exportación, no se puede recuperar plenamente los impuestos tributados en la región; y en la importación, la producción local tiene que competir con importados que provienen de países con esquemas impositivos menos agresivos.

En el caso de los tributos municipales, se deberían cobrar tasas en lugar de impuestos. Una alternativa sería derogar los tributos municipales cuya base imponible se determine sobre las ventas. Así se evitaría la múltiple imposición y se simplificaría el sistema. Todo esto, en el marco de una reforma tributaria integral donde no se desfinancien los municipios y las comunas. También es necesario derogar las tasas o derechos sobre mercaderías en tránsito, ya que restringen la libre circulación y actúan como verdaderas aduanas interiores. Esto, sumado a las deficiencias que aún persisten en infraestructura a pesar de los esfuerzos que viene haciendo el Gobierno, contribuye a elevar los costos de los productos que llegan al consumidor final.

Y otro impuesto distorsivo que tiene efectos negativos sobre la actividad y desalienta la inversión es el impuesto al cheque. Debería eliminarse en forma gradual. En todo caso, mientras se aplique, tendría que ser utilizado íntegramente como pago a cuenta del Impuesto a las Ganancias u otros gravámenes.

Las cargas sobre el trabajo son otro aspecto a destacar si se piensa en una reforma tributaria. El sistema laboral presiona con altas cargas a las empresas. Las alícuotas de los aportes y contribuciones deberían ser bajas y estables para fomentar el empleo y eliminar la informalidad.

Además de la presión tributaria, si tenemos en cuenta que provincias como Santa Fe una de las que encabeza el ranking de la industria del juicio todavía no adhirieron a la nueva Ley de ART, se genera una combinación de factores que influyen de manera negativa en las empresas a la hora de incorporar trabajadores al sistema formal. Y, en particular, son las pymes las que más sufren con estas condiciones.

Fomentar la creación de cooperativas en municipios con altas tasas de desempleo podría ser una alternativa para incluir trabajadores al mercado formal. Sus asociados producen bienes, recrean la cultura del trabajo y potencian las economías regionales. Un ejemplo es el caso de la cooperativa Enhebrando Metas, ubicada en Avellaneda y otras localidades del norte de la provincia de Santa Fe, que fue visitada por el presidente Mauricio Macri. Allí, confeccionan cerca de 100 mil prendas por mes para grandes marcas nacionales que tercerizan su producción. Es un emprendimiento exitoso, adherido al programa INTI de Compromiso Social Compartido, que tiene más de 100 asociados distribuidos en dos plantas habilitadas. Un ejemplo que podría replicarse en otras localidades.