Los metabolismos de una planta, necesarios para llevar a cabo todos los procesos que hacen al correcto desarrollo del cultivo, síntesis de reservas, almacenamiento y expresión bajo la producción de granos o frutos, son extremadamente complejos y requieren de una gran cantidad de macro, meso y micronutrientes, que pueden variar en cantidades necesarias por tonelada producida. Por ejemplo, pueden ir desde 80 kilos como es el caso del Nitrógeno en soja, a 50 gramos por tonelada producida para muchos microelementos como el Zinc y el Boro.

Ahora bien, que esos elementos (Zinc, Boro) sean necesarios en bajas cantidades no significa que no tengan una importancia relevante en los diferentes procesos fisiológicos del cultivo y que su déficit no genere problemas de utilización de macro nutrientes (Nitrógeno, Fósforo), generalmente aportados a partir de fertilizantes, que no terminan de ser absorbidos por el cultivo con las consiguientes pérdidas económicas.

El ingeniero agrónomo Edgardo Arévalo, Gerente de Desarrollo para América Latina de COMPO EXPERT, disertó sobre la importancia de este tema en el último Congreso de Aapresid que se desarrolló en la ciudad de Rosario.

Arevalo comentó que ningún extractante químico utilizado en los análisis de suelo es capaz de representar lo que extrae una planta. La única manera de saber qué es lo que ocurre con la provisión de nutrientes desde el suelo, es analizar la planta y a partir de allí analizar los niveles correctos de fertilización y los elementos que pueden ser aportados vía foliar para lograr una fertilización balanceada que maximice los rendimientos.

El Zinc es uno de los ejemplos más contundentes de los problemas que pueden ocurrir y su efecto sobre la eficiencia de otros nutrientes a partir de su déficit. Estudios realizados por COMPO EXPERT en trigo muestran diferencias sustanciales de kilos absorbidos de Nitrógeno por hectárea, tanto en Z32 (encañazón) como en Z55 (emergencia de espiga), siendo las mismas cercanas al 20%. Esto indica que, a una dosis aportada de Nitroógeno por hectárea en forma previa, el cultivo absorbió un 20% menos de lo que podría haber hecho por una deficiencia de Zinc, lo que se traduce en menor desarrollo de biomasa aérea y en menores kilos producidos.

Además, el Dr. Arévalo presentó el sistema COMPO EXPERT PACK NUTRITION, para Trigo y Soja, que busca dar una solución nutricional en cada una de las etapas de los cultivos. Para trigo la recomendación comienza con aportar en tratamiento de semilla Nutriseed® Zn flo. De no haber hecho este tratamiento, la opción es hacerlo en macollaje con Basfoliar® Zn75 flo. Diseñado según las concentraciones óptimas de nutrientes en hoja, Basfoliar® Trigo en macollaje, en ambientes con limitaciones de crecimiento o para sobrellevar alguna situación de estrés, a una dosis de 2 kg/ha. Otra opción es aplicar de 2 a 8 kilos de Basfoliar® Trigo en hoja bandera, para maximizar rendimiento y calidad. Ensayos realizados con esta estrategia muestran aumentos de 1200 kgs/ha para la zona de Pergamino, con testigos que rindieron alrededor de los 4.500 kgs/ha.

El paquete de nutrición para soja incluye aportes de Basfoliar®Zn75 flo y Basfoliar®Aktiv entre V6 y R1, donde se aportan niveles de Zn necesarios para mejorar el metabolismo del Nitrógeno. Está demostrado que niveles de Zn inferiores a 1.2 ppm en suelo ya presentan respuesta a los aportes foliares. A partir de floración Basfoliar®Boro cubre las necesidades de este elemento para mejorar los niveles de fijación de granos y fijación de vainas secundarias dentro del nudo, finalizando con Basfoliar®Soja como forma de mejorar el llenado de granos y aumentar su peso en el momento de mayor demanda nutricional del cultivo. Todo este tratamiento ha mostrado incrementos de rendimiento de hasta 850 kgs por hectárea para regiones como el centro santafecino.