Apenas terminada la política de discriminación hacia los cereales, con la eliminación de los correspondientes derechos de exportación y de los ROEs, la superficie comenzó a crecer.

La siembra de trigo, en el año 2016, llegó a un récord de 5,30 millones de hectáreas.

El rendimiento promedio habría sido de 33 quintales por hectárea.

La producción nacional correspondiente a la campaña 2016/17 llega así a un volumen de aproximadamente 17 millones de toneladas. Se trata de la mayor cosecha, en casi una década.

Se prevé un consumo interno de 6,60 millones de toneladas.

A su vez, las exportaciones avanzan a pasos agigantados. Para esta fecha, llama la atención el movimiento en las ventas al exterior.

Aunque parezca increíble, hoy a nuestro país se le considera, en el mundo, como un importante proveedor de este cereal.

Según la BCR, se exportaría un volumen de 11,20 millones de toneladas, correspondiente a la campaña 16/17.

Señores: este volumen es casi el doble del promedio correspondiente a los cinco ciclos previos.

Ahora bien, la pregunta que queda en el tablero es: ¿qué va a pasar en la actual campaña?

Como sabemos, este año comenzó con todo tipo de dificultades climáticas, fundamentalmente, por exceso de precipitaciones.

Así todo, se coincide en que el área de trigo tendría un aumento adicional. Según evolucione el clima, es probable que se aproxime a una extensión de 5,80 millones de hectáreas.

Así las cosas, es posible que la cosecha alcance a una cifra ubicada entre 16 y 18 millones de toneladas.

En tanto la demanda en el mediano plazo presenta un panorama interesante por algunas dificultades que atraviesa la oferta mundial.

Canadá, Australia y EE.UU. sufrirán una baja en la oferta.

Respecto a la producción del primero se estima una disminución de 4 millones de toneladas. Quedaría así tan sólo una cosecha de 28 millones de toneladas.

En cuanto Australia, el problema es grave. La producción bajaría de 35 millones de toneladas a 23,50 para el actual ciclo 17/18.

La situación es preocupante, a su vez, en EE.UU. Para estas fechas, el año pasado el 68% se consideraba en condición de buena a excelente. Ahora, tan sólo el 31%. La sequía ha golpeado su producción.


Como se advierte en el mapa, los Estados de Dakota del Norte y del Sur son los más importantes productores de trigo de primavera. Y justamente estos Estados han sido los más afectados por la sequía.

Pese al reporte del USDA de fecha 12 de agosto pasado, es probable que la reducción en el volumen de cosecha sea gravitante.

Este organismo publicó que las existencias finales estadounidenses de trigo serían superiores a las previstas por el mercado. El USDA redujo de 47,89 a 47,33 millones de toneladas su previsión sobre la cosecha de este cereal.

Claro está: falta ver qué sucederá con otros países. Según el USDA, los saldos exportables de Rusia, Ucrania y de Kazajstán crecerían.