CÓRDOBA.- Arias, en el sudeste provincial, sigue muy complicada por los anegamientos. Volvió a llover (65 milímetros) y el agua cruzó la ruta 8, no sólo complicando la conexión de la localidad con otros puntos, sino empeorando el estado de los caminos rurales que, en su mayoría, llevan meses intransitables, dificultando la salida de la producción.

Matías Gvozdenovich, intendente de Arias, explicó que el agua "pasó por arriba" de los tres alteos que construyó Vialidad Nacional. Y la laguna La Esperanza -en el límite con Santa Fe- crece y el agua escurre hacia los campos y el pueblo.

"El acuerdo con Santa Fe para un proyecto de trabajo es urgente, es la clave para hacer las obras básicas", insistió y recalcó que, en la zona, "los impuestos no vuelven en obras" aunque "se aportan no menos" de $ 300 millones anuales por retenciones.

La fábrica de implementos agrícolas Maizco -la más importante del país dedicada a la producción de cabezales recolectores para cosecha gruesa- está en el kilómetro 411 de la ruta 8 y ya tiene el agua en sus terrenos. "Hay pronósticos de más lluvias para la primavera y se va a cortar el acceso, con los problemas que eso genera", explicó a LA NACION Adriana Serale, integrante del directorio.

En la planta trabajan 110 personas, además del movimiento de proveedores y de compradores. "Este es un problema que lleva 20 años de obras que no se han hecho, de irresponsabilidad de gobiernos, de productores, de todos", agregó.

LA NACION mostró la situación "desesperante" de los productores hace un mes. Fernando Rossi, contratista rural, dijo ahora a este diario: "Estamos al límite, con un viento norte el agua cruzará media calzada de la ruta 8; se está parando todo, los camioneros no pueden trabajar, los fletes están frenados".

Reiteró que el agua "va abriendo camino sola, buscando su curso" y que por la dimensión de los anegamientos puede que el proyecto de un camino nuevo en el sur de la localidad -que tiene un plazo de ejecución de cuatro años- "se demore en empezar".

En la zona estiman que ya hay una producción inmovilizada, por el estado de los caminos, equivalente a 10.000 camiones de soja y maíz, con el consecuente impacto en la economía regional.

Cristian Raschetti, ingeniero agrónomo, indicó a este medio que hay una decena de tambos muy complicados y que la crisis se profundiza a medida que el problema se extiende. Entre inundadas y con problemas de accesibilidad, suman unas 50.000 las hectáreas en la zona.

"Seguimos complicados; las napas están muy arriba. Estuvimos con gente de Hidraúlica de Córdoba que está negociando con Santa Fe para sacar el agua, pero es todo lento. Tienen que sentarse en la misma mesa las provincias con la Nación, no queda otra", graficó el productor Juan Carlos Toledo, que añadió que "ya se nota la falta de dinero a la vez que no se proyecta una buena siembra".