Una delegación del gobierno argentino se reunió ayer en Washington con funcionarios de la administración de Donald Trump para avanzar en el intercambio comercial de varios productos entre los que se incluye el ingreso de carne al mercado estadounidense --que según prometen los hombres del gobierno de Mauricio Macri podría comenzar en pocos meses--, y el de los limones. “La próxima cosecha vamos a tener limones argentinos en Estados Unidos”, dijo el ministro de Agroindustria Ricardo Buryaile.

El propio Buryaile más el secretario de Comercio Miguel Braun y el secretario de Relaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Horacio Reyser, se reunieron entre el jueves y ayer con John Melle, el funcionario de la USTR (Oficina del representante de comercio estadounidense) encargado de América latina y con el secretario de Agricultura Sonny Perdue. Luego mantuvieron una teleconferencia con el secretario de Comercio, Wilbur Ross, un peso-pesado de la administración Trump, quien a pesar de haber acordado la cita no se encontraba en Washington.

En un encuentro de los funcionarios argentinos con corresponsales en esta capital, Rayser destacó que “ambos gobiernos estamos en un enfoque muy pragmático y constructivo de la relación, de poner sobre la mesa todos los temas y de resolverlos de forma rápida” y que todo se había agilizado tras el encuentro del presidente Macri con Trump en la Casa Blanca a fines de abril. Y señaló que se estaban desatando algunos nudos burocráticos que impiden el ingreso de productos argentinos, como la carne y los limones.

Respecto de la carne, cuya llegada está prohibida desde que se desató un brote de aftosa en nuestro país en 2001, Buryaile señaló que recibieron “algunas observaciones y pedido de aclaraciones que en Argentina está intentando resolver rápidamente. “No hay ninguna cuestión sanitaria de fondos sino de papelería”. El ministro anunció que “terminaremos de aprobar esto en un mes o dos, aunque no quiero poner fecha porque los servicios sanitarios tienen sus tiempos y la burocracia también”. Pero resaltó que “hace 15 años que estamos esperando para entrar (la carne) a Estados Unidos y vamos a hacerlo poco tiempo después de la reunión de Macri con Trump”.

Estiman que Argentina exportaría unas 20.000 toneladas de carne sin hueso con un arancel y 20.000 extra cupo, una cifra de entre 100 y 150 millones de dólares.

Respecto de los limones –un tema que se ha convertido en un símbolo del intercambio y que ya se anunció que se iba a liberar hace casi 3 meses— Buryaile aclaró que ya están destrabados los aspectos sanitarios. “Está todo absolutamente aprobado. EE.UU. hizo la inspección y la aprobó. Está pendiente solo la firma de EE.UU. del plan de trabajo operativo que es una formalidad”, señaló. Y prometió: “La próxima cosecha vamos a tener limones argentinos en EE.UU.” Sobre las trabas a la importación del biodiesel argentino –que alcanza los 1.400 millones de dólares anuales— también se habló, pero no se pudo hacer demasiado. Estas están siendo examinadas por una comisión especial de comercio por sospechas de dumping, denunciadas por productores estadounidenses. El Gobierno hizo las presentaciones correspondientes y hay que esperar un proceso.

Otro de los temas que se trató es el reingreso de la Argentina al Sistema General de Preferencias (SGP), la excepción de pago de aranceles de importación a algunos países en desarrollo, un beneficio que Argentina había perdido en 2012 por una discusión sobre fallos del CIADI.

El secretario Braun señaló que en septiembre habrá una audiencia en el USTR donde se va a revisar el caso argentino y luego “podría haber una decisión bastante rápido”. “Estamos en condiciones de volver al SGP, pero el organismo hace una recomendación al presidente y él toma una decisión política, así que no podemos adelantarnos a lo que va a suceder”. Implicarían unos 450 millones de dólares en productos como vino, miel, fruta, arándanos, todos productos “extrapampeanos” que ingresarían con menos arancel. Destacaron que esa producción “aporta mucho más valor agregado que lo que le estamos mandando a China”.

Las reuniones se concretaron pocos días antes de la visita del vicepresidente Mike Pence a Buenos Aires, el lunes. Los argentinos señalaron que no esperaban anuncios concretos del subjefe de la Casa Blanca, pero destacaron que sea en la Argentina (una escala de la gira que incluye Colombia y Chile) donde pronuncie el martes su discurso sobre la política económica de Estados Unidos en la región. Lo ven como una ratificación de confianza y de los buenos lazos forjados entre Macri y Trump.