Nuestras estimaciones indican para la campaña agrícola local 2016/17 exportaciones record de maíz, en torno a 28 millones de toneladas. Sin embargo, las exportadoras iniciaron el ciclo comercial actual con muy bajos inventarios en su poder, al mismo tiempo que el retraso en la cosecha demoró el ingreso del grano a las terminales portuarias.

En este contexto, alcanzar el volumen de embarques estimado requerirá un programa de embarques muy ajustado para lo que resta del año, desde el punto de vista logístico. Esto ubicaría las exportaciones mensuales del próximo semestre muy arriba de la media de los últimos ciclos comerciales.


Observando la dinámica exportadora, los datos indican una lenta actividad en los embarques de maíz a la fecha. Comparando el ratio de embarques al mes de agosto en relación al volumen total que termina siendo exportado en cada campaña comercial, observamos que éste se ubicaba normalmente en el rango de 60% a 65% en el trienio 2014-2016.

Sin embargo, para la actual campaña 2016/17 y bajo la previsión de ventas externas totales de maíz por 28 millones de toneladas, lo embarcado hasta el mes de agosto (estimado en base al line-up que reporta la agencia marítima NABSA) alcanzaría apenas el 54% del total.


Para alcanzar entonces las 28 millones de toneladas planteadas, necesitaríamos pensar en una ajetreada labor de descarga de camiones a las terminales portuarias y elevación de granos a los buques que permita alcanzar un promedio mensual de alrededor de 2,2 millones de toneladas por mes en lo que resta de la campaña comercial, hasta febrero de 2018. Además, de darse las expectativas de exportación de los meses julio y agosto del corriente año, estaríamos teniendo un volumen de despachos al exterior de maíz entre 1,25 y 1,5 millones de toneladas mayores al año pasado para el período marzo-agosto.

Apoyando la hipótesis de mayor frenesí de actividad exportadora, el gráfico que sigue muestra el cumulado de declaraciones juradas de ventas al exterior de maíz por campaña comercial y para el promedio de los últimos cinco años, donde puede verse que en las últimas semanas éstas mostraron un fuerte avance para superar con claridad la media de los últimos ciclos y acercarse ya a lo observado en la campaña 2015/16.


Es evidente que estamos en una campaña muy atípica, teniendo en cuenta el nivel de retraso en la exportación y el incremento de la cosecha local de maíz. De esta manera, no es posible guiarse de comportamientos pasados en la oferta y demanda del balance local, por lo que las estimaciones de exportación deben tomarse con cuidado solamente habiendo avanzado 5 meses de la actual campaña.

En detalle, evidentemente se tiene una producción muy grande de maíz –se tendrían casi 8 millones más de toneladas respecto a la última campaña según datos de GEA-Bolsa de Comercio de Rosario 38 Mt vs 30,1 Mt.- que está tardando en exportarse principalmente por problemas logísticos, en donde muchos exportadores retrasaron sus ventas de exportación por la incertidumbre de no poder cubrir sus embarques a tiempo tal cual ocurrió en muchos casos la campaña pasada.

Hay una incógnita remanente, ¿el sector exportador, considerado en términos globales, piensa también en colocar 28 millones de toneladas? Para tratar de responderlo, podemos analizar cómo evoluciona su originación de grano, en base al reporte de compras que publica el Ministerio de Agricultura.

Podemos observar en el último cuadro que el ratio de compras del sector exportador respecto a los embarques totales de la campaña para comienzos del mes de agosto se ubicó en torno al 55% en los últimos años. En este 2017, sin embargo, los 17,6 millones de toneladas que ya se habrían asegurado las empresas alcanzarían el 63% de los 28 millones de toneladas que postulamos como previsión de exportación, dando fundamento a la misma.​