El presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida, Horacio Rodríguez, advirtió que “si no se soluciona el problema de la lechería, no sólo se van a seguir perdiendo productores, también caerán más puestos de trabajo a nivel de la industria, porque no habrá suficiente materia prima”.

Según cifras de la Dirección de Estadísticas Agropecuarias (MGAP) se perdieron 163 tambos al cierre del año pasado, quedando en pie 2.716; la lechería uruguaya lleva tres años perdiendo empresas y con bajas en el volumen producido debido a la crisis climática, de precios y el endeudamiento.

La producción comercial fue estimada en 2.026 millones de litros, 115 millones de litros por debajo de 2015. “Tuvimos una caída en la producción más grande que la lechería argentina” y se producen “casi 1 millón de litros menos”, recordó Rodríguez; eso repercute en la industria con menos empleo.

Las gremiales lecheras “no rechazan el proyecto productivo trabajado e impulsado por el Instituto Nacional de la Leche (Inale)”, aclaró el presidente de la Sociedad de Productores de Leche de Florida en diálogo con El País. “Apoyamos el proyecto y al Inale, pero no es lo que precisamos hoy. Es muy buena la iniciativa para los productores que puedan seguir produciendo, porque es a largo plazo —uno o dos años— y recién está en instrumentación”, aseguró.

Las gremiales entienden que no pudieron hacerle ver al gobierno que el sector vive una situación complicada y que precisa un nuevo salvavidas para no perder más tambos y no seguirse endeudando. Las deudas del sector lechero alcanzan los US$ 350 millones que equivalen al costo de todo el rodeo de vacas en producción que tiene Uruguay.
“No hemos llegado al Ministerio de Economía y Finanzas y no nos interpretó el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca”, afirmó Rodríguez.

La Mesa de Gremiales Lecheras sigue firme peleando las dos propuestas que le hizo al gobierno hace meses: que garantice el cobro de los US$ 39 millones que el gobierno venezolano de Nicolás Maduro le debe a Conaprole, en el marco de los negocios con lácteos y que se eleve a 3% la devolución de impuestos al sector, volcando ese dinero a los productores como salvavidas.

El tambo siempre está en movimiento. Las reservas forrajeras y silos que solventarán la producción en el invierno se deben hacer en otoño, las vacas se tienen que preñar porque de lo contrario no dan leche y cualquier achique en el rodeo, se siente al año siguiente. No se puede parar y para seguir produciendo, cualquier inversión significa endeudarse.

“Todo el 2016 fue endeudamiento interno (con proveedores y bancos para seguir produciendo). Conaprole financió parte de ese costo con un endeudamiento que se va a comenzar a pagar este mes. Todo eso hace que la primavera no tenga que ser buena, tendrá que ser maravillosa para poder pagar todas las cuentas”, expresó Rodríguez.