Escenas del capítulo anterior

El Yeti se abrió paso por nuestro territorio y llegó a adentrarse en Paraguay y sur de Brasil donde dejó algunos copos para las delicias de los lugareños. La nieve tapó la cordillera, las heladas acompañaron nuestras mañanas, se nos pasparon los labios mientras nuestras narices y orejas semejaban estalactitas. Un bloque de hielo se desprendió de la Antártida y todos rezábamos que llegue rápido a Buenos Aires para tener un "Rio de la Plata on the Rocks". ¿Qué nos depara el pronóstico después de esta cachetada polar? "Hay que pasar el invierno" me dijo una vez una alcancía con forma de chancho y pasaron muchos años hasta la primavera.

La ola está de fiesta

Récords de temperatura mínima, pasto congelado en el litoral y guerras de bolas de nieve en la Patagonia. Muñecos con zanahorias y gorros en las sierras bonaerenses, paisajes nevados en las quebradas y turistas haciendo "angelitos" en un piso escarchado configuraron una postal invernal en toda nuestra extensión que hace tiempo no teníamos.

El lado oscuro de la ola

Cañerías congeladas, caminos peligrosos, ciudades aisladas, aeropuertos cerrados, pasajeros furiosos, cortes de luz, menos gas y los casos fatales de hipotermia representan una realidad que corre paralela a la de los turistas felices.

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El domingo Bariloche tuvo el registro más bajo de su historia con una mínima absoluta de -25.4°C superando holgadamente los 21.1°C negativos del 30 de junio de 1963.

El aeropuerto internacional de Córdoba llegó a marcar -8.3°C sin poner en riesgo el récord del 8 de julio de 1918 de -10.3°C de piso térmico.

Por su parte la localidad cordobesa de Pocho registró -10.6°C, no siendo necesario colocarle hielo al fernet durante todo ese día.

Jueves: olas que viene, olas que van

El Yeti deja de dispensarnos su trato frío anunciando la retirada al Polo sur hasta nuevo aviso. Amanecer menos hostil, con temperatura de arranque en 8°C. Ya podemos ir a trabajar sin el piyama abajo. El conurbano despide al frío con 5°C, con la esperanza de que el chiflete matinal se apiade de aquellos que esperan el tren en el tercer cordón. El viento norte sigue apuntalando el termómetro porteño y la ola polar es solo un recuerdo con los 18°C vespertinos a pleno sol. Con nuestro registro térmico emparentado a las bajas temperaturas puede sentirse un día mucho más templado de lo que realmente cuenta la traza del mercurio. De todas maneras la falta de nubosidad seguirá planteando noches y amaneceres muy fríos, a no subestimar el abrigo.

Viernes: apagá la estufa

Los 9°C matinales marcan que casi no quedan vestigios del hombre de las nieves. Un día muy parecido al jueves, con nubosidad variable, marcados pasajes soleados, temperatura punta de 19°C y una noche en 14°C para el área metropolitana. Ya se puede apagar la estufa por la tarde y prenderla para la cena. Sigue soplando el viento desde el norte arrimando aire templado de forma leve suavizando la caída térmica al final del día. Es momento de sacarle una frazada a la cama o algo de esa pila de mantas que transformaron nuestro colchón en un refugio polar.

Sábado: en tu cara, Yeti

El fin de semana arranca con una mañana con muy pocas nubes en lo que puede ser el último día con limpio de punta a punta. Aprovechen la oferta porque los nubarrones se acercan y la semana entrante podría tener menos sol que Robledo Puch. Sigue bajando aire caliente, Febo también hace su parte y la plusmarca rompe el techo de 20°C. La tarde trae un poco mas de nubes. La noche sigue su tendencia ascendente y abraza en 15°C a todos aquellos que salgan a tirar la chancleta.

Domingo: de más a menos

La verdad es que ya sea por las lluvias, el Yeti o Mongo Picho nuestra suerte meteorológica dominical siempre está jaqueada. El domingo irá de más a menos, comenzando radiante, luego dudoso y finalmente inestable con marcadas desmejoras. Casi una semblanza de mi vida.

Se estima otra tarde con 20°C de temperatura límite, con nubosidad en ascenso y una noche en la que todavía los modelos no se ponen de acuerdo. Hay corridas que marcan lluvias desde la medianoche y simulaciones donde los nubarrones pasan de largo.