La fruticultura del Valle de Río Negro y Neuquén está en estado de emergencia. Las exportaciones de 2017 vía ultramar son las más bajas de los últimos quince años. La Argentina llegó a exportar 600.00 toneladas de peras y manzanas.

Hoy exporta 150.000, que representan 370 millones de dólares menos de ingreso. Se necesitan medidas urgentes: financieras, impositivas y laborales; e inversiones.

Es imprescindible un gran acuerdo con todos los actores de la fruticultura, productores, empresarios y el Estado. Créditos a mediano y largo plazo para productores y empresarios, para la compra de tractores, fumigadoras, renovación de máquinas de embalaje, frigoríficos modernos, etc.

Para activar la inversión, crear un régimen de excepciones impositivas para tierras en blanco o para reconversión de las plantaciones de peras y manzanas obsoletas. En el mercado interno, los productores cobran la fruta destinada a supermercados a 60 y 90 días .

Con este sistema, el productor no puede reponer lo que ya vendió. Habría que obligar por ley (como existe en países desarrollados) que los supermercados no se excedan de 30 días para el pago de la fruta.

La industria de jugos concentrado está en su fase terminal, de diez industrias hoy existen sólo dos plantas industriales y con miles de problemas. Necesitamos que integrantes del Estado, cámaras de productores, empresarios, sindicatos, dejen de lado los egoísmos sectoriales. Ser patriotas y dejar o enterrar este populismo trucho.

Señores del gobierno provincial y nacional, diputados y senadores, ¿qué esperan para actuar?

Por Carlos Lo Tártaro