Productores e industriales de las economías regionales reclamaron una reforma tributaria urgente para reducir el peso de los impuestos en el precio final de los alimentos.

Así lo expresaron en un plenario de un centenar de entidades de pequeños y medianos productores de 29 complejos agroindustriales, organizado por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Según un informe, "de cada 100 pesos que los consumidores pagan por sus alimentos agropecuarios, $40 corresponden a tributos contenidos en el precio de venta final". Desagregados, "$12 corresponden al IVA, $10 a Seguridad Social, $8 a Ingresos Brutos, $5 al impuesto a las ganancias, casi $3 al impuesto al Cheque y $2 por impuestos municipales".

En el documento, los productores de CAME sostuvieron que es necesario poner en marcha una reforma impositiva integral "que les permita dirigir todos los esfuerzos a sus realidades productivas, en lugar de estar pensando en cómo afrontar la gran presión tributaria que ejercen los tres niveles de gobierno, una de las más altas a nivel mundial".

Al encuentro asistió el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, quien reconoció a la presión fiscal como uno de los problemas que tienen las economías regionales. El funcionario dijo que "los problemas de las economías regionales tienen múltiples factores como la distancia a puerto, la capacidad de negociación, los problemas fitosanitarios y la presión fiscal".

Por su parte, el coordinador de la comisión de Economías Regionales de CAME, Raúl Robín, sostuvo: "si queremos ser el supermercado del mundo debemos trabajara en mejorar la rentabilidad y competitividad del actor más vulnerable de la cadena: el productor".