“En un nivel simple y para entenderlo podemos decir que los coadyuvantes mejoran la calidad de pulverización de una sustancia activa”, explicó el Dr. Adriano Arrué Melo de la Universidad Federal de Santa María, Brasil, quien tuvo a cargo un taller sobre “Coadyuvantes Agrícolas” durante el 13° Encuentro Nacional de Monitoreo y Control de Plagas, Malezas y Enfermedades, organizado por Halcón Monitoreos y realizado en el Complejo de Convenciones del Quorum Hotel en Córdoba, los días 28 y 29 de Junio.

De acuerdo a la visión del Dr. Melo, al momento de elegir un coadyuvante es fundamental considerar cuatro aspectos. “Primero, el cultivo en el que vamos a trabajar, porque hay coadyuvantes que mejoran la interacción entre el producto y la planta. Uno puede ser bueno para soja pero no para maíz, por ejemplo. En segundo lugar, los defensivos con los que vamos a trabajar. Si vamos a utilizar herbicidas necesitamos un producto penetrante, que consiga pasar la barrera física de la planta. Pero si vamos a trabajar con fungicidas o insecticidas necesitaremos una mayor cobertura de la gota. Muchas plagas se quedan en el tercio inferior de las plantas, con lo cual necesitamos que el producto llegue a ese lugar”, remarcó. Melo se refirió en tercer lugar a las condiciones ambientales. “Si hay viento necesitamos un coadyuvante que ayude a reducir la deriva. Cuando hay alta temperatura y baja humedad, la cutícula de la planta es distinta y es más complicado que el producto pueda entrar. Necesitamos de algún componente que ayude a pasar esa barrera física”, explicó. Y por último, se refirió al estado fenológico de la planta, lo que definirá la cantidad de cera en la cutícula y la necesidad de cobertura. “Por ejemplo una soja en R4 o R5 necesita muy buena cobertura, pero si la soja está comenzando el ciclo requerirá una cobertura mucho menor”, completó.

En herbicidas es indispensable la buena elección del coadyuvante a utilizar, porque una mala decisión puede disminuir la eficiencia de aplicación hasta en un 70%. Al respecto el Dr. Melo indicó: “La eficiencia cambia mucho de acuerdo al tipo de producto. Hay herbicidas para los cuales si no se utiliza el adecuado la eficiencia pasa del 90 a 100% a 30 o 40%, principalmente por esa gestión de penetración”, agregó.

En cuanto a las formulaciones, si bien las más usadas tanto en Brasil como en la Argentina son los concentrados emulsionable, Melo también destacó que los productores cometen errores comunes cuando no tienen en cuenta la dispersión de las formulaciones. “Por ejemplo, cuando usan polvo mojable y colocan directamente el producto en el tanque de pulverización, eso definitivamente no va a producir un caldo uniforme. Al trabajar con formulaciones que tienen baja dispersión, se necesita una premezcla previa, antes de ir al tanque de pulverización”, recomendó.

En cuanto a las novedades en el área, el Profesor indicó que la vedette son hoy las nano formulaciones. “Si queremos analizar qué representa una nanopartícula es como si un virus fuera del tamaño de una persona. Es muy pequeña, apenas la dimensión de 100 nanómetros, pero gracias a su estructura mejora la actividad química y la solubilidad, al igual que la actividad biológica, la movilidad y la biodisponibilidad”, agregó.

Otro rasgo sobresaliente de la nano formulación es que no cambia la estructura química de la molécula, sino que sólo la quiebra en varias partes, lo que aumenta la actividad química. “La velocidad de disolución de una partícula en un medio acuoso es inversamente proporcional a su tamaño”, explicó Melo y agregó que “con las nano formulaciones el producto está más disponible para la planta”.

Sin embargo, también precisó que no hay productos comerciales en Brasil y que no sabe si habrá en el corto plazo por los riesgos que conllevan. “Ustedes en Argentina ya tienen nano formulaciones es herbicidas que generan problemas, porque si bien la actividad química es mayor, la selectividad baja”. Finalmente adelantó que todavía se analiza la toxicidad de las nano formulaciones para los aplicadores, puesto que al ser partículas tan pequeñas de producto es mayor el riesgo de contaminación, inhalación, y acumulación en vías respiratorias. “No sé si aquí se hacen test de toxicidad con estas formulaciones, porque productos como 2-4 D que de por sí son tóxicos, en nano formulaciones van a generar más riesgos de toxicidad. Entonces cabe preguntarse cómo se tratarán las nano formulaciones para defensivos y si los test que se hacen son suficientes, por ejemplo”, se cuestionó.

Para concluir Melo comentó: “Es posible inferir que el uso de coadyuvantes es una práctica importante en el mejoramiento de la eficiencia de los defensivos agrícolas. Su uso mejora el control de plagas, en la medida en que mejora la calidad de aplicación y aumenta la cantidad de materia activa absorbida por la planta”.