Depositó su boleta en las urnas de esas tres provincias un 2,5% del total de personas habilitadas para votar en el país. Sin embargo, el primer domingo electoral del año le dio material para cantar victoria a oficialistas y opositores. El oficialismo ganó en la capital de Corrientes, pero perdió en La Rioja y Chaco.

El peronismo ganó en estas dos últimas provincias, pero perdió en Corrientes. Los dos se apresuraron a adelantar que sus triunfos son sólo un adelanto del futuro. El futuro es octubre. Para desencanto de ambos, debe subrayarse que en ningún caso se eligieron anteayer candidatos para las elecciones nacionales de octubre y que sólo en un caso, en Corrientes, se eligió un cargo ejecutivo.

Hay, con todo, aspectos de esas elecciones que sí podrían leerse con miras a los comicios de octubre. Uno es la importancia que tiene la coherencia de Cambiemos como coalición electoral y gobernante. En Chaco, el ex gobernador de esa provincia Ángel Rozas se apoderó de la sigla de la alianza, pero expulsó de sus listas a Pro y a la Coalición Cívica. Fue una lista de radicales puros la que compitió en nombre de Cambiemos en unas primarias obligatorias de legisladores provinciales, cuyas elecciones definitivas se realizarán en julio. Rozas armó un enorme escándalo político en la provincia cuando echó de sus listas a los dos partidos aliados a nivel nacional. El conflicto terminó resolviéndolo la Justicia, que le reconoció a Rozas el derecho a usar el nombre Cambiemos aunque las listas no incluyeran a ningún aliado. Pro y la Coalición Cívica decidieron no presentar candidatos, porque habrían necesitado usar un nombre que no fuera Cambiemos.

El resultado fue que se amplió la brecha entre el peronismo y sus opositores. En 2015, la diferencia fue de 13 puntos a favor del peronismo, que entonces colocó en la gobernación a Domingo Peppo. Anteayer, la diferencia entre el peronismo y el radicalismo de Rozas fue de 16 puntos, también a favor del peronismo. Rozas es un protagonista importante de la política nacional. Preside el interbloque de Cambiemos en el Senado nacional y es uno de los representantes parlamentarios de la oposición en el Consejo de la Magistratura. Como se ve, hay demasiadas cosas que explican lo que sucede en ese organismo que decide sobre la designación y la destitución de los jueces. El año pasado, el bloque radical había decidido reemplazarlo como jefe del interbloque, pero ningún radical se animó a darle la novedad. Rozas siguió y este año fue ratificado en el cargo. El único consuelo que le queda a Rozas es que tanto el gobernador Peppo como el intendente de Resistencia, el ex jefe de Gabinete Jorge Capitanich, perdieron en Resistencia y en Presidencia Roque Sáenz Peña, las dos ciudades más importantes de Chaco.

La algarabía del Gobierno por el triunfo en la capital de Corrientes, donde le sacó la intendencia a un peronista, tiene relativa sustancia. En Corrientes es donde se registró el mayor porcentaje de asistencia a los comicios: el 73,62 por ciento. El gobierno nacional jugó todas sus cartas en la capital correntina, donde el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, hizo campaña personalmente. Ganó. No obstante, debe destacarse que Corrientes no es una provincia con historia peronista. El último gobernador peronista elegido fue Julio Romero, en 1973. Romero era entonces un personaje muy cercano a Juan Perón. Pero desde 1983 alternaron en el gobierno provincial el Pacto Autonomista-Liberal y los radicales. Provincia muy apegada al sistema de caudillos, llama la atención la presencia en la gobernación en los últimos 33 años de dos familias: los Romero Feris, por el Pacto Autonomista-Liberal, y los Colombi, radicales. También hubo interventores peronistas enviados por Carlos Menem, como Francisco Durañona y Vedia y Claudia Bello, pero ninguno de ellos fue gobernador elegido.

Corrientes eligió anteayer al intendente de la capital. Su actual gobernador, Ricardo Colombi, prometió que después de los comicios del domingo fijaría la fecha de las elecciones para gobernador y elegiría a su delfín. Como toda provincia que fue intervenida en algún momento, Corrientes tiene un calendario electoral desfasado del resto de las provincias.

En La Rioja se renovaban 18 bancas de diputados provinciales. El peronismo se quedó con 14. Fue donde se registró la menor asistencia de votantes: sólo el 55 de los empadronados fue a votar. Fue la mayor decepción del gobierno nacional. Hasta el peronismo nacional descontaba que Cambiemos ganaría en las elecciones nacionales de este año y que se llevaría dos senadores. La Rioja es una provincia que este año renueva senadores nacionales. Todavía el oficialismo nacional puede llevárselos. Teóricamente. Las de anteayer fueron sólo elecciones de legisladores provinciales. Los legisladores nacionales riojanos, senadores y diputados, se elegirán en octubre, como en todo el país.

Tres ganadores

El problema es que la coalición gobernante quedó en La Rioja en tercer lugar, después de dos listas peronistas. Aunque la diferencia en porcentaje de votos no fue grande entre las tres propuestas, sí lo es si se juntan las dos peronistas y se las compara con el oficialismo. El jefe político de Cambiemos en La Rioja es el ministro de Defensa, Julio Martínez, seguro candidato a senador nacional en las elecciones de octubre. Menem sería el candidato a la reelección como senador en la lista peronista que triunfó anteayer, que responde al gobernador Sergio Casas y al ex gobernador Luis Beder Herrera.

Funcionarios del gobierno nacional señalaron que el actual ministro de Defensa no eligió a los mejores candidatos para el domingo pasado porque se los reserva para su lista de octubre. Sea como fuere, dos radicales importantes en el escenario nacional, Rozas y Martínez, fueron los más vapuleados en las elecciones de Chaco y La Rioja.

Es cierto que los tres gobernadores (el radical Colombi y los peronistas Casas y Peppo) apostaron fuerte porque se dirimía más la jefatura política de ellos que la gestión de Macri. Los tres ganaron. El resultado es confuso (y contradictorio) si se lo quiere extrapolar al territorio nacional. Pero deja dos lecciones. Una consiste en que el peronismo no está muerto, aunque ninguno de los peronismos que ganó expresa ahora al kirchnerismo. Listas kirchneristas sacaron sólo el 3,16 por ciento de los votos en Chaco y el 2,51 por ciento en La Rioja. La otra le corresponde a la coalición gobernante. Las luchas internas que apasionan a los radicales siguen siendo un enemigo letal en un día de elecciones. Rozas es el mejor ejemplo, pero las disputas que tienen como protagonistas a radicales se esparcen por gran parte del país.