Entre el 17 del actual, día previo al estallido de la crisis, y el cierre del miércoles pasado, la posición julio de la soja acumuló una baja de US$ 10,47, al pasar de 358,90 a 348,43 dólares por tonelada. En el mismo periodo los precios de la soja disponible en la Argentina perdieron la mitad del quebranto externo, al pasar de 250 a 245 dólares.

Si analizamos la variación del mercado para la soja nueva vemos que la posición enero de Chicago pasó de 358,35 a 351 dólares, con una caída de US$ 7,35. Mismo análisis para la soja nueva argentina, en el Matba, la posición mayo 2018 cerró el miércoles 24 en niveles de US$ 247,5, contra los US$ 249,5 del 17, con una baja de sólo US$ 2.

Como vemos, la crisis política en Brasil ha tenido un fuerte impacto inicial en Chicago, hoy estabilizado, que se fue diluyendo en la Argentina, por factores principalmente internos.

En cambio, si analizamos lo sucedido en el mercado de maíz, vemos que la posición julio en Chicago se mantiene en el mismo nivel pre-crisis brasileña: US$ 146,15. En el mismo periodo de análisis el mercado de maíz en la Argentina mejoró US$ 3, al pasar de 154 a 157 dólares para la mercadería disponible. El cereal nuevo en el Matba (posición abril 2018) mejoró US$ 1,1, de 154,4 a 155,5 dólares. Conclusión, el foco de atención se concentró en el mercado de soja y no así en el maíz.

En cambio hubo un efecto colateral positivo para la Argentina como consecuencia de la crisis política de Brasil: la mejora en el tipo de cambio, que logró superar los 16 pesos por dólar. Estamos volviendo al nivel de tipo de cambio de principios de 2017, con tasas de inflación acumulada del 9% en pesos. Es de suponer que este aumento registrado post crisis Brasil, no se traslade a precios. Pero sí resulta en una sustancial mejora para los productores, que reciben más pesos por su soja o maíz.

Lo que hay que analizar ahora es la perspectiva de los mercados y en este sentido vemos que la soja y el maíz corren por carriles opuestos. Nuestro análisis le da un fuerte potencial de suba el maíz, cuya siembra está muy complicada a pesar de los alentadores pronósticos del USDA en cuanto a evolución de las siembras, contra la realidad de los productores que no lo han podido sembrar como consecuencia de las excesivas lluvias y de las bajas temperaturas durante mayo en pleno corazón del "Corn Belt".

Los "farmers" no van a poder cumplir con las siembras de maíz, pues su ventana optima ya llegó a su fin y todo acre de menos del forrajero será un acre de más para la soja cuya ventana de siembra se extiende hasta el 25 del mes próximo. De ocurrir esta hipótesis tendremos un escenario explosivo para los precios de maíz 2018 y una tormenta bajista para las cotizaciones de la soja.