RIBEIRÃO PRETO.- La alegría es brasileña y en el campo del vecino país lo saben. Los productores vienen de tener en soja rindes para hacer un cuadro y colgarlo. Lograron a nivel país un promedio de 3338 kilos por hectárea, por encima de los 2870 kilos de la campaña anterior, pero hay productores que superaron largamente los 4000 kilos por hectárea y otros estuvieron en más de 5000 kilos. Un bálsamo cuando entre los ciclos 2014/2015 y 2015/2016 la cosecha de soja mermó de 96,2 a 95,4 millones de toneladas.

Los productores están en un camino ascendente en soja no sólo por las condiciones climáticas de la última campaña, sino también por la mejora en la genética y en el paquete tecnológico en general. Ricardo Gollo, de Rondonia, ponía su ejemplo la semana pasada durante Agrishow, la mayor exposición de maquinaria agrícola del país que mueve negocios por más de US$ 600 millones. Gollo pasó de 3500 a 4200 kilos en la campaña 2016/2017.

"Estamos bien debido a la alta productividad", contaba el productor. Inclusive, New Holland en un campo se dio el lujo de batir con la CR 8.90 el récord mundial de soja al recolectar más de 439 toneladas en 8 horas. Brasil subió entre el ciclo 2010/2011 y 2016/2017 de 75,3 a 113 millones de toneladas su producción de soja. Agregó casi 38 millones de toneladas. El récord en soja fue claramente por mayor producción (18,4% sobre el ciclo anterior) antes que por aumento del área, que se expandió sólo un 1,8 por ciento. En maíz, el vecino país creció de 57,4 a 92,8 millones de toneladas entre los ciclos 2010/2011 y 2016/2017, aunque en este caso los rindes promedio todavía son bajos, 5383 kilos por hectárea.

Por la cosecha total, que tendrá un récord de 232,02 millones de toneladas, el campo está ayudando al país a salir de la recesión, que cayó 3,6% en 2016. Ya en 2015, cuando Brasil retrocedía, el mercado del agro subía 1,8%. El empuje se refleja en las ventas de maquinaria agrícola. En el primer trimestre del año las de tractores crecieron 50% y las de cosechadoras un 30%. El mercado total podría cerrar 2017 con una suba del 20% y, en unidades, 43.000 en tractores y 4800 en cosechadoras, con un mercado que recuperándose vuelve a niveles de 2011 en equipos.

En las empresas de maquinaria agrícola coinciden en que los productores tienen un excedente de recursos y han apuntado a tecnificarse fuerte en el último año. Hasta el precio de la tierra de los campos ha subido un 5%. Hay un impulso de generosos créditos. El oficial Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (Bndes) repartió el año pasado casi US$ 6000 millones en diversos programas agrícolas a unos 77.000 beneficiarios. Para este año podría subir el monto entre un 13 y un 20%. En maquinaria agrícola, hay tasas del 8,5% para pequeños y medianos productores y del 10,5% para grandes productores. Se habla que esos niveles podrían bajar en los próximos meses. En rigor, el país tuvo un 6,29% de inflación el año pasado y las expectativas para 2017 giran en torno del 4 por ciento.

"Felizmente, el mercado está subiendo y estamos en un momento positivo en la agricultura. La productividad en soja es la mejor de la historia", expresó Mirco Romagnoli, vicepresidente para América latina de la marca Case IH. "Los precios están bajos (de los granos), pero los productores no están perdiendo plata", indicó Eduardo Kerbauy, director de marketing para América latina de New Holland.

Opiniones

Pese que no todos le tienen simpatía, los productores y empresarios sostienen que el actual presidente, Michel Temer, está buscando enderezar el rumbo de la economía y hacer las reformas necesarias. "Temer está tomando medidas que se deberían haber adoptado antes para no llegar hasta dónde llegamos", contó Felipe Francischini, gerente comercial de Balanzas Hook en Brasil. Hoy estas balanzas argentinas están en el 90% de los mixers que se fabrican en Brasil.

Otras firmas argentinas, como Pla y Metalfor, están desde hace un tiempo creciendo en el mercado brasileño con sus pulverizadoras. También lo hace Ipesa, que ya aporta el 65% de las bolsas que se usan para almacenar 15 millones de toneladas. Brasil tiene un déficit de almacenamiento del 35 al 40% de su producción. En busca de oportunidades también está Doble TT produciendo plantadoras de caña de azúcar para un país que siembra 9 millones de hectáreas de caña.

En el vecino país, en cosechadoras de granos para los campos de más de 2000 hectáreas hay una migración a equipos más grandes. El grueso de las máquinas es de Clave V y luego le sigue la VII. La clase VIII, en tanto, era un 2% del mercado hace cinco años y ahora ronda el 7%. En tractores, en torno del 70% del mercado es de 120 HP, pero también crecen las mayores potencias. En parte por la necesidad de tirar sembradoras de hasta 60 líneas (sin fertilizantes en este caso). Sobre sembradoras, New Holland va a disponer de un equipo de 36 líneas en granos gruesos para los productores argentinos que quieran importarla.

Brasil también está apuntando a motores menos contaminantes. FPT Industrial presentó motores con un 60% menos de emisiones de gases. Otra apuesta en Brasil es la agricultura de precisión. En caña de azúcar están extendidos los pilotos automáticos, equipos para mejorar la corrección y también para dosis variables. En granos, según contaron en Trimble, la mayor parte de los tractores de más de 150 HP ya viene de fábrica con algún elemento de agricultura de precisión.

Entre la realidad y las expectativas

RIBEIRÃO PRETO (De un enviado especial).-Más allá de los buenos rindes y las ventas de insumos que no paran de crecer, en Brasil los productores también ponen sobre la mesa las preocupaciones que los acosan. Preocupaciones que tienen que ver con la baja de los precios de los granos y con el incremento de los costos para producir.

"Estoy esperando que mejoren los precios para invertir", expresó Ricardo Gollo, un productor del Estado de Rondonia. Gollo estaba en el stand de la firma Stara mirando una sembradora. "Necesito comprar una, pero voy a esperar. Los rindes no han compensado la baja de los precios", agregó.

Pedro Franceschini, productor del Estado de San Pablo, tenía encima un cruce de emociones por los buenos rendimientos y por la baja de los precios. "Hoy estamos esperanzados aquí, pero también hay preocupación porque bajaron los precios y aumentaron los costos. Un modelo de cosechadora que el año pasado costaba 200.000 dólares ya está en US$ 290.000", expresó.

Los costos de una hectárea de soja en la región en campo propio están en US$ 1000 y el 70% se va en insumos. En maíz el costo se ubica en torno de los US$ 1300. Aunque en Brasil no tienen el 30% de retenciones en soja que sus pares argentinos, aquí dicen que los impuestos en general son altos y más del 30% de lo que genera una hectárea se va al pago de distintos tributos.

Al lado de Franceschini, Elton Sweryda Santos se quejaba porque, en su opinión, el dólar está bajo (cotiza en torno de 3,20 reales) y esto afecta la performance del negocio agrícola. "Con mayores costos y dólar bajo estamos hasta el cuello", señaló con una cuota de dramatismo.

Quien se mostró en cambio sin reproches fue Bernardino Faría, un productor de caña de azúcar del estado de San Pablo.

"A nosotros no nos perjudica el dólar bajo, porque estamos accediendo un 10% más barato a los insumos y nuestro precio viene de subir un 25%", graficó.

Además de los granos, en Brasil está floreciente la actividad lechera. Elisandro De Souza, gerente comercial de Haramq, relató que los precios están subiendo mientras bajó el costo de las raciones. Los productores de leche están cobrando, señaló, entre 50 y 60 centavos de dólar por su producción.