El objetivo de bajar la inflación del Gobierno puede "entrar en conflicto" con la meta de  reactivar el crecimiento económico según un estudio de la Universidad Austral.

"Es muy difícil bajar la inflación y a la vez aumentar la  actividad y el crecimiento económico", evaluó Federico De Cristo, economista de la  Facultad de Ciencias Empresariales de la casa de altos estudios.

En ese sentido, analizó que "el gobierno prometió bajar la  inflación, y persiste en su objetivo, pero en ese afán, puede entrar en conflicto con su otra meta de reactivar el crecimiento  económico".

Recordó, así, que "el planteo es converger a una inflación de un dígito en 2019" y puntualizó que "para bajar la inflación hay que incrementar la oferta y disminuir la demanda".

“La oferta puede aumentar mediante importaciones. Históricamente se recurrió al ancla cambiaria, que consiste en fijar el tipo de cambio o hacer que suba menos que la inflación",  subrayó.

Puntualizó que ello "permite que los productos importados aumenten de precio en menor medida que los nacionales, al  incrementar la presión sobre los productores locales para que no suban sus precios".

Sin embargo, aclaró que "la consecuencia suele ser que  aquellos con mayores costos de producción cierren y salgan del  mercado", lo cual se puede traducir en mayor desempleo.

"El desempleo ser  consecuencia de lo que pase con la  actividad", indicó y señaló que "en el corto o mediano plazo, el  Gobierno estaría buscando aumentar la actividad al desplegar un  plan de obras públicas".