No se cansan y pueden trabajar las 24 horas del día. Robots capaces de
recoger frutas asoman como una posible solución para los productores de
ese sector si hay deportaciones masivas de inmigrantes sin permiso de
residencia bajo el gobierno de Donald Trump.
Los productores de frutas, cultivos que requieren abundante mano de
obra y dependen en buena medida de trabajadores inmigrantes, serían muy
golpeados si el gobierno de Donald Trump cumple su promesa de deportar
en masa a los extranjeros sin permiso de residencia.
Por eso siguen con atención los trabajos de al menos dos empresas que
están tratando de construir robots capaces de recoger frutos.
FFRobotics, de Israel, y Abundant Robotics, de Hayward, California,
esperan poder sacar al mercado recolectores mecánicos dentro de un par
de años.
La recolección de frutas es una tarea delicada, que se ha resistido a
la automatización que predomina en otros sectores de la agricultura y
depende en buena medida de la mano de obra inmigrante. Ello se debe a
que frutas como las manzanas, las frutas secas y las uvas, son
productos más frágiles, cuyo aspecto es fundamental, lo que hace que
sigan siendo recogidas a mano.
Al peligro de las deportaciones se suma el hecho de que "empiezan a
escasear los recolectores humanos", afirmó Gad Kobber, cofundador de
FFRobotics, una firma israelí que diseña recolectores de frutas. "La
gente joven no quiere trabajar en la agricultura y los recolectores de
edad están retirándose".
Las cosechas ya se han mecanizado en otros sectores como el trigo, el
maíz, las arvejas, los tomates y muchas otras cosechas.
Washington, uno de los principales estados productores de frutas, que
generan 7.500 millones de dólares anuales, requiere de miles de peones
para las cosechas, sobre todo mexicanos, y muchos de ellos están en el
país ilegalmente.
Las políticas de línea dura de Trump hacia la inmigración ilegal
preocupan a los agricultores, que están explorando métodos alternativos
para sus cosechas. Algunos han adquirido maquinaria que reduce la
dependencia de la mano de obra, mientras que otros presionan a los
políticos para que impulsen medidas inmigratorias que no los priven de
la mano de obra que necesitan.
"Quién sabe lo que vaya a hacer este gobierno", comentó Jim McFerson,
director del Centro de Investigaciones de Frutales del Estado de
Washington en Wenatchee. Para los agricultores, "es un asunto de vida o
muerte".
El trabajo de recolección de frutas es arduo y peligroso, y
generalmente lo desempeñan mexicanos. Peones con experiencia, que
trabajan a destajo, pueden llegar a ganar 200 dólares por día.
Activistas que defienden a los peones dicen que la mecanización de las
cosechas tendría efectos negativos. Y dejaría a mucha gente sin
trabajo, según Erik Nicholson, dirigente del sindicato United Farm
Workers (Trabajadores Agrícolas Unidos). Calculó que la mitad de los
peones de Washington están en el país ilegalmente.
Muchos vienen durante la temporada de cosechas, pero otros se han
radicado aquí y son miembros productivos de la comunidad.
"Temen quedarse sin trabajo por la mecanización", dijo Nicholson. "Un
robot no va a alquilar una casa, no va a comprar ropa para sus hijos,
no va a comprar alimentos ni a reinvertir su dinero en la economía
local".
Sin dar cifras específicas, las empresas abocadas a la construcción de
robots dicen que en dos años los productores recuperarían su inversión.
Ello indica que las máquinas serían muy costosas, pero tal vez
rentables a largo plazo.
FFRobotics está trabajando en una máquina que tiene unas especies de
tentáculos de tres dedos que pueden asir frutas o arrancarlas de ramas.
Las máquinas tendrían entre cuatro y 12 brazos robóticos y podrían
recoger hasta 10.000 manzanas por hora, según Kober.
Una máquina podría recoger entre el 85% y el 90% de una variedad de
frutales, y del resto se encargarían humanos, indicó Kober.
Abundant Robotics está trabajando en una máquina recolectora que
succiona las manzanas de los árboles.
Las dos empresas que trabajan en las máquinas recolectoras "podrían
tener prototipos listos en el tercer trimestre de este año", según
Kaern Lewis, especialista en el tema de la Washington State University.
Agregó que los robots "revolucionarán" el sector.
Para que las máquinas funcionen, no obstante, las manzanas y otros
productos deberán ser cultivados con el sistema de plantas trepadoras,
dijo Lewis.
Indicó que se está trabajando "en la arquitectura del árbol y la
ubicación de las manzanas para que sean compatibles con los robots".
Se calcula que la mecanización de la producción de frutales tomará
entre 10 y 20 años y en principio se usará solo como un complemento de
la actividad humana.
Pero el sector "está buscando formas de mejorar nuestra eficiencia",
dijo el representante nacional Dan Newhouse, cuya familia tiene una
enorme granja en el valle de Yakima en Washington, que emplea 120
peones por temporada para la recolección de frutos secos y nectarinas.
Para Mark Powers, presidente de Consejo de Horticultura del Noroeste,
que representa a los agricultores de Yakima, los productores no tienen
otra alternativa que recurrir a la mecanización.
"No tenemos ninguna nueva fuente milagrosa de mano de obra en el
horizonte", expresó. "Creemos que la mano de obra va a seguir siendo un
recurso escaso".