Hoy los productores no precisan condicionar sus siembras al cabezal de la cosechadora como lo hacían en el pasado. Marcos Formica, responsable del departamento de desarrollo de productos de la firma Mainero, conversó con Clarín Rural sobre el cabezal maicero que permite cosechar de manera eficiente y sin pérdidas cultivos sembrados a múltiples distancias entre hileras y en diferentes direcciones.

“Sólo hubo un antecedente en el mercado mundial de un cabezal para maíz “multidireccional” desarrollado por una empresa alemana y presentado hace una década, el cual contaba con un rotor de paletas de caucho por cada unidad recolectora en lugar de cadenas alzadoras y por su escasa versatilidad para adaptarse a diferentes estados y condiciones de cultivo su vida fue efímera -detalla Formica-. Hasta que apareció este desarrollo de Mainero no hubo el mundo otro cabezal comercialmente disponible capaz de recolectar cualquier distanciamiento entre líneas y en cualquier dirección”.

La gran innovación consiste en que, siendo fija la distancia entre unidades recolectoras (52,5 cm), puede trabajar en múltiples distanciamientos entre líneas, tales como 350 mm, 380 mm, 420 mm, 450 mm, siembras al voleo, en cualquier dirección de avance sin necesidad de ajustes, modificaciones o adaptaciones, manteniendo acotadas las pérdidas de recolección y sin resignar productividad, detalla Formica.

Como detalles, continúa el especialista, “podemos mencionar los rolos deschaladores eficaces en una muy amplia gama de estados y condiciones de cultivo, la disposición de las cadenas alzadoras que permiten el ingreso fluido de plantas a la zona de tracción a pesar de estar altamente desalineadas respecto del centro de la unidad recolectora, el diseño de punteras y capotas de gran aptitud de penetración en cualquier dirección y distanciamiento entre líneas”.

En resumen, el cabezal multifacético de Mainero permite que las plantas que ingresan fuera de la línea central de la unidad recolectora lleguen a la misma sin ser cortadas o quebradas, con una inclinación mínima y prácticamente sin ser sacudidas.

El resultado es que se alcanza mayor productividad con más horas de trabajo por día y se simplifican y agilizan las operaciones de puesta en marcha, regulación, mantenimiento, posicionamiento transporte-trabajo, acople y desacople con la cosechadora. Asimismo, su menor peso comparado con otras unidades debido a su menor cantidad de unidades recolectoras, redunda en una menor compactación del terreno.

Por su parte, los contratistas no precisan contar con un cabezal para cada distancia entre hileras, y los productores no precisan adaptar la siembra al cabezal, permitiendo sembrar maíz con la misma máquina utilizada para soja. “Así las cosas es posible adecuar la distribución de plantas a cuestiones agronómicas (región, híbrido, fecha de siembra, etc.) y no en función del distanciamiento del cabezal”, explica Formica.

Otros inconvenientes de cosecha que se resuelven con este cabezal son los cultivos desalineados debido a fallas en la siembra o bien cuando el ancho de la sembradora no coincide con el ancho del cabezal, cabeceras donde se solapan pasadas de sembradora a 90 grados, cultivos caídos y/o húmedos por rocío.

Todo ello sin reducir la capacidad operativa de la cosechadora en una gran variedad de condiciones de cultivos, aun en caídos. Y aclara Formica que resulta especialmente útil en la apertura de amelgas, cruzando el sentido de siembra de manera de maximizar el aprovechamiento de las tolvas auto-descargables.