La cosecha de soja continúa a toda marcha en todo el país con una proyección que se mantiene en 56 millones de toneladas a pesar de las pérdidas ante las inundaciones en determinadas zonas.

Y a medida que va transcurriendo la trilla, aparecen los destacados resultados en diferentes zonas como ocurre en todas las campañas. Esta vez, la buenas noticias vienen desde Esquina, al noreste de Córdoba, en donde el productor Alejandro Lambretch obtuvo rindes en soja de 5.700 kilos en promedio y picos de 7.000 kilos por hectárea, muy por encima de la media de la región y de su propia experiencia. “Este año fue particular”. resumió Damián Bacco, asesor técnico del campo en cuestión.

El productor trabaja 2.000 hectáreas y siembra un 50% de soja y 50% maíz, entre campos alquilados y propios.

En lo que respecta a la oleaginosa, difiere el manejo según las condiciones del campo y las ambientales: realiza un planteo ofensivo con grupos cortos y fechas más tempranas en campos propios y más defensivo, con grupos más largos y retrasando fechas de siembra, en campos alquilados. “Si bien estamos reduciendo cada vez más el área destinada a soja temprana, siempre dejamos una parte minoritaria de la superficie, con grupos cortos porque es cuando se expresa todo el potencial de la soja”, explicó.

El problema en esta zona, según agregó Bacco, es en enero cuando hay temperaturas muy altas tanto de día como de noche y las lluvias son escasas. Y recordó, que en las dos últimos campañas se presentaron muy cálidas durante ese mes propiamente dicho. “Esta variación de fechas de siembra y grupos de madurez nos permite diversificar los riesgos” apuntó Bacco. Yendo al lote que ha sido noticia, Lambretch decidió sembrar en esta campaña 200 hectáreas de forma temprana: la fecha exacta fue el 15 de noviembre en un lote que venía de maíz e implantó una variedad de Syngenta de grupo de madurez IV largo.

“Hacemos un tratamiento adecuado a la semilla con fungicidas e insecticidas y además, inoculamos”, dijo.

En cuanto a la protección de la oleaginosa, informó que en el inicio de la implantación de la soja realizó dos aplicaciones contra los bichos bolitas Luego, tuvo problemas de oruga bolillera, y chinches en el final del ciclo. Asimismo, contra los patógenos, hizo un manejo preventivo aplicando en V3. “Contra las malezas realizamos un barbecho apropiado y aplicaciones para rama negra, yuyo colorado, sorgo de Alepo resistente, las tres malezas más complicadas de la zona”, especificó.

En relación a la fertilización, destacó que hasta el momento no han encontrado respuesta en soja. “Los suelos están bien provistos de fósforo y azufre con un 3% de materia orgánica”, sostuvo.

Con este manejo, en este lote de soja de 40 hectáreas la cosecha obtuvo picos de 7.000 kilos y un promedio de 5.700 kilos. “El paquete tecnológico fue completo”, definió Bacco al manejo del productor. Y añadió que desde diciembre a enero llovieron 200 milímetros, otro factor más que importante. “Este año fue particular. No se puede tenerlo en cuenta y hacer lo mismo el año que viene”, adelantó.

Así, con estos resultados, la rentabilidad para el productor fue muy buena. “El costo de producción fue de 30 quintales incluyendo el alquiler del campo. Una parte la comercializamos para semilla, y en este caso, las cifras son menores porque pagan pizarra llena (sin fletes)”.

Por último, el asesor manifestó que en las otras 150 hectáreas que se sembró de forma temprana, pero con grupos más largos, el promedio fue de 50 quintales. “A medida que fuimos atrasando la fecha de siembra y alargando los grupos, viene bajando en 3 quintales el promedio”., concluyó.