CORDOBA.- El agua de la laguna La Picasa, entre Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, sigue avanzando. Volvió a cubrir 12 kilómetros de la ruta 7 (entre los kilómetros 385 y 392) que se cortó y, en menos de un mes, creció 30 centímetros. "Ahora ya sube 1,5 centímetros por día", dice a LA NACION Juan Carlos Duhalde, presidente del comité de cuenca.

Hay tambos cerrados y cosecha perdida, además del riesgo permanente de que el desborde se profundice. La cota actual está en 106,70 e ingresan 80 metros cúbicos de agua por segundo (hace un mes eran 25) hacia la laguna.

La mayor parte, explica Duhalde, viene desde el sur de Córdoba aunque advierte que Santa Fe también tiene sus propios problemas. El 70% de la superficie afectada por los anegamientos son suelos agrícolas.

Hace unas semanas, en una reunión de los gobernadores de las tres provincias con el ministro Rogelio Frigerio y con funcionarios de Recursos Hídricos, Buenos Aires no aceptó la propuesta de construir un canal derivador.

"No es una propuesta alocada de productores -señala Duhalde-. Es una obra aprobada por Santa Fe, el Instituto Nacional del Agua y Recursos Hídricos de la Nación. La laguna, de hacerse, empezaría a bajar medio centímetro por día. Pasaríamos de ir directo a una catástrofe a aliviarnos".

La obra debería ejecutarse en Christophersen, en el departamento santafesino de General López. Tiene unos 6,5 metros y costaría alrededor de 13 millones de pesos. "Es simple, llevaría unos 30 días", señalan los productores.

Apuntan que localidades como la cordobesa Melo, donde antes no había agua, ahora tienen anegamientos. Duhalde indica que Córdoba debe construir el reservorio 3, antes del límite con Santa Fe, y elevar la cota de los vertederos además de hacer un by pass donde está el reservorio 4, el último antes del territorio santafesino.

Los datos de ayer marcan que en ese reservorio entraban 28 metros cúbicos por segundo de agua y en el 7 (en Vivero, Santa Fe), ya eran 80. Los canales clandestinos cumplen un rol clave en el incremento del drenaje; hay 200 identificados entre Aaron Castellanos y Laboulaye.

Un trabajo del Conicet y la Universidad Nacional de Rosario (UNR) determinó el crecimiento de la laguna: en 1975 el almacenamiento del agua en La Picasa era de 2.400 hectáreas y este año 2017 pasó a 40.000 hectáreas.