El clima volvió a meter otro pase complicado en plena cosecha y la jugada dejó en offside a los productores. Como el año pasado, justo cuando empezaba a tomar ritmo la recolección, otro diluvio en pocas horas cayó sobre la pampa húmeda, con epicentro en amplias áreas de Buenos Aires.

A diferencia del temporal de igual época de 2016, que se prolongó hasta 21 días, esta vez fueron suficientes 48 horas para que los productores sintieran que se les había corrido el arco. Es que en dos días hubo registraron que superaron los 250 milímetros, todo lo que llueve en dos, tres o cuatro meses según la época del año. En Junín, donde hubo un pico de 300 mm, rebalsaron los campos. En General Villegas, donde los máximos tocaron los 150 mm en algunas zonas del partido, se agregaron más complicaciones a una situación ya antes dramática. Villegas lleva un acumulado anual de 750 mm cuando lo que suele llover en todo un año son 890 mm. En realidad, allí en los últimos doce corridos ya van 1700 milímetros.

Algunas estadísticas sirven para poner en una mayor dimensión lo sucedido en algunas zonas. Según un relevamiento del INTA, con datos de las estaciones del organismo y el Servicio Meteorológico Nacional, entre el 1° y el 12 de abril de 2016 llovió 157,4 milímetros. En cambio, entre el 1° y el 12 de abril de 2017 se registraron 346 mm. Es decir, hubo un salto de 188,6 milímetros entre un año y otro, siempre para la misma fecha.

En Nueve de Julio, entre el 1° y el 12 de abril de 2016 hubo 76 milímetros. Este año, para la misma época se registraron 200 milímetros, 124 milímetros adicionales en los campos. En Tandil, de solo 66,2 milímetros se pasó a 190,1 milímetros, es decir 123,9 milímetros extras. En Pergamino, de 108,2 milímetros entre el 1° y el 11 de abril de 2016 las lluvias subieron a 189 milímetros, 80,8 milímetros más.

"Fue realmente llamativo este evento de lluvias, que ocurrió en el país las últimas tres semanas, con situaciones de precipitaciones extremas en localidades de once provincias de manera casi simultánea", indicó Pablo Mercuri, director del Centro de Investigación en Recursos Naturales que depende del INTA.

Tras el diluvio, la zona núcleo en general quedó en un 70% con severos problemas de excesos, según admitió la Bolsa de Comercio de Rosario. Allí se lleva recolectado el 35% de la soja de primera. En tanto, a nivel nacional la cosecha del cultivo solo avanzó al 7,8%. Para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, hay un millón de hectáreas con excesos hídricos que se acumularon desde principios de mes.

"Estas últimas lluvias complican muchísimo la situación. Hoy las napas vuelven a estar cerca de los 38 centímetros de profundidad con casi el 60% de la cosecha por realizar", explicó Juan Pablo Ioele, asesor en el sur cordobés.

"Las pérdidas en los cultivos ya comenzaron debido a que ya estaban listos para ser recolectados. La merma final en la cosecha que ocasionará este evento dependerá de cómo sigan las condiciones, con lo cual necesitamos como mínimo dos semanas de respiro", agregó el técnico.

Para Gustavo Duarte, en la zona de América, en el oeste bonaerense las pérdidas son tanto por encharcamientos como por inundación y falta de piso. Descuenta que de persistir esta situación habría un impacto en más del 15% en los cultivos en la región.

En La Pampa, hace diez días cayeron hasta 600 milímetros en varias localidades del norte provincial. Según datos que maneja Federación Agraria Argentina (FAA), suman 600.000 las hectáreas inundadas y 800.000 las hectáreas que están sin piso. Las pérdidas, en tanto, ya las contabilizan en torno de los $ 4500 millones, casi el triple de las registradas el año pasado también por un fenómeno similar.

En un reciente informe de Zeni, se consigna un panorama que no es homogéneo para los rendimientos. Menciona zonas del sur de Córdoba con expectativas de 40 a 43 quintales por hectáreas para la soja y lugares como Teodelina- Villa Cañas, en el sur de Santa Fe, donde habría mermas del 5%-10%. Para Pergamino detalla que las lluvias afectarían la calidad y que los rindes oscilarían en 38-45 qq/ha.

Hay lugares como Carlos Casares y 30 de Agosto donde previo a las precipitaciones había de 50 quintales por hectárea, pero ese número ahora ya está, luego del temporal, más cerca de 43 a 45 quintales por hectárea.