Los economistas anticipan una desaceleración en la expansión del producto, que estiman que se ubicará entre 2,9% y 3,2% este año. Y ya no ven al dólar por encima de los $18 hacia fin de diciembre.

La fuerte suba de tasas que anunció este último martes Federico Sturzenegger, para tentar a los bancos a colocar sus pesos en lugar de volcarlos en la economía, pareció tener un impacto aún más contundente sobre las expectativas. Ayer, a menos de 24 horas de que se informara el ajuste monetario, las consultoras privadas se apuraron a corregir a la baja muchas de las proyecciones que tenían previstas sobre 2017: la mayoría ve ahora, por ejemplo, un crecimiento menor al 3% para este año; y un tipo de cambio que se ubicará entre los $17,50 y los $18 para fin de año.

En la consultora Bein & Asociados hicieron ayer la corrección más pronunciada del mercado: consideraron que, este año, la economía crecerá 2,9%, en lugar del 3,4% que habían proyectado semanas atrás, antes de que el BCRA ajustara las tasas; y que el dólar estará en los próximos meses aún más calmo de lo que habían previsto hasta hace días. El tipo de cambio estimado para las elecciones de octubre se corrigió de $16,80 a $16,50. Para diciembre, la cotización podría acercarse a los $17,50.

El Banco Central empezó a endurecer el sesgo de la política monetaria a principios de marzo, cuando decidió intervenir fuertemente en el mercado secundario con ventas de Lebac, que apuntaron a subir las tasas en los tramos más cortos, desde la zona del 20,5% anual a la del 24,25%. Por esa vía el organismo logró retirar $130.486 millones entre marzo y lo que va de abril.

En la consultora Econviews, de Miguel Kiguel, también debieron trazar un nuevo escenario a partir de la decisión del Central: "En línea con el endurecimiento monetario modificamos nuestra proyección de tasa de política. Creemos que el BCRA mantendrá la tasa en este nivel por tres meses más y que luego la reducirá muy gradualmente, unos 50 puntos básicos por mes, hasta llevarla a 23,25% anual en diciembre. No introdujimos cambios en la proyección de tasa Badlar", comentó el informe difundido ayer. Sus economistas corrigieron, una vez más, el tipo de cambio esperado para fin de año: de los $18,70 que habían proyectado hace un mes, para fin de diciembre, a $18. "Agregamos a este panorama la suba de tasas por parte del BCRA, tanto de Lebac como de pases. Revisamos nuevamente nuestra proyección de dólar para fin de año, a $18, con una trayectoria tal que la velocidad de depreciación del peso recién se acelere en el tercer trimestre, cuando se acerquen las elecciones y aumente el ratio de coberturas vía dolarización", comentaron en Econviews.

En otras consultoras admitieron que, si bien no habían hecho las correcciones hasta ayer, tienen previsto revisar sus estimaciones a la luz de la nueva suba de tasas del BCRA. "Claramente hay riesgo a la baja en nuestra proyección sobre el crecimiento y de mayor apreciación del dólar a corto plazo, dado que ahora habrá mayor presión. Pero no necesariamente esto modifique nuestra estimación del tipo de cambio para fin de año", comentó el economista jefe de Elypsis, Gabriel Zelpo. Con todo, en su estudio hicieron la última corrección luego de que el BCRA empezara a intervenir con ventas en el mercado secundario de las Lebacs y provocara, con esto, una suba en las tasas. A partir de esto, empezaron a estimar un dólar de $17,40 para fin de diciembre. "Con este último registro de inflación, el primer trimestre acumula una suba de precios 6,3%. Por lo tanto, para poder alcanzar la cota superior del objetivo fijado por el BCRA (17% interanual), será necesario que la inflación mensual promedio sea 1,05% en lo que resta del año", comentó un informe de Elypsis enviado a clientes.

En Ferreres & Asociados, en tanto, avizoran un dólar de $17,70 para el último día del año y un crecimiento de la economía del 3,1% para todo el 2017. "Nosotros modificamos a la baja nuestra estimación de crecimiento, pero a partir de que el primer bimestre diera peor de lo esperado", comentó el economista Fausto Spotorno. "En realidad, no nos parece tan fuerte la suba como para alterar el crecimiento que tenemos proyectado", completó.

En algunas consultoras interpretaban ayer la decisión de Sturzenegger como una señal de credibilidad sobre la política monetaria y de compromiso con sus metas de inflación. El ajuste, realizado en pleno año electoral, trasmite una apuesta que parece tener cada vez más consolidada el funcionario: sacrificar algunos puntos de crecimiento en el corto plazo, con tal de controlar la inflación para construir una economía que pueda expandirse sobre bases más sólidas y sostenidamente en los próximos años.