El gráfico de más abajo, realmente, asusta. La soja en agosto se aproximaba a 650 dólares por tonelada, en el mercado de Chicago.

La pendiente negativa, desde aquellos gloriosos días de agosto de 2012 hasta el presente, es clarísima, aunque hubo un interesante pico en junio del año pasado, cuando la soja en Chicago superaba el precio de 420 dólares.

La de hoy es una situación muy difícil.

Sin embargo, permítanme recordarles, como bien se ve allí, que desde fines de noviembre del año 2015 hasta principios de marzo del año pasado, el precio promedio fue de 320 dólares.

Hoy la oleaginosa en Chicago gira en torno a 360 dólares.

Una suerte de análisis histórico dejaría la posibilidad de que el precio baje a 320 dólares. Es posible. Pero, también, este mismo análisis diría que la baja debería, como en aquel año. ser de apenas pocos días.

El año pasado, en apenas dos meses, el precio subió a más de 400 dólares.

Con ello sólo se pretende decir que la historia muestra que los males no duran mucho.

En la actualidad, el mundo se halla frente a una verdadera avalancha de producción fundamentalmente de Brasil.

El gráfico que sigue revela el comportamiento del valor de la soja en Chicago a lo largo de 10 años.

Acá, se aprecia que a principios del año 2007, el precio había caído a 260 dólares. Y que en apenas seis meses llegaba a 400 dólares y al cabo de un año, a 570 dólares.

Corolario. Al estar cerca del piso de los últimos diez años, y en vista del comportamiento histórico del precio, bien vale la pena aguardar a que pase la tormenta.

Estas líneas pueden pecar de reduccionistas, pero, al menos, llaman la atención a quien deba afrontar el momento de la comercialización.

Para pensar…¿no?