Durante la presente campaña el Programa de Control y Erradicación de la Mosca de los Frutos (PROCEM) NEA se retomó la estrategia de control de la plaga en las regiones productoras de cítricos dulces y arándanos del noreste argentino. De esta manera se inician los tratamientos preparatorios para las aplicaciones de primavera.

En este sentido, el jefe de Gabinete del Ministerio de Agroindustria, Guillermo Bernaudo, explicó que "acciones como estás dan cuenta de que nuestra gestión se preocupa y se ocupa de realizar prácticas concretas pensadas para fortalecer las economías regionales, actor clave para el desarrollo del interior productivo". Y agregó, "es un trabajo en equipo, en el que todos nos comprometemos a cumplir nuestra parte y damos cuenta de que juntos podemos".

En este sentido, Carlos Morilla, coordinador del PROCEM, explicó que "se trabaja de esta manera entre organismos públicos y privados para tener un control eficiente de la plaga".

Los tratamientos aéreos se iniciaron donde resulta prioritario controlar la plaga y en zonas específicas para evitar pérdidas de rendimiento que puede afectar también la calidad a la hora de comercializar.

El productor citrícola de la localidad de Villa del Rosario, Aldo Dalzotto, señaló que "los beneficios de la aplicación son muy eficientes y además tiene una residualidad mayor a una semana", y agregó: "Junto a esta técnica de control y adopción de tecnología como fertirriego, estamos alcanzando campaña tras campaña alrededor de 50 toneladas por hectárea".

Realizar un exitoso control permite proteger la producción comercial de la región, y también potenciará los resultados de los tratamientos sobre toda la superficie frutícola que comenzarán a partir de octubre, ya que se realizarán partiendo de un menor nivel de infestación.

En este programa, trabajan en conjunto el Servicio de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA), dependiente del Ministerio de Agroindustria de la Nación, los gobiernos provinciales de Corrientes y Entre Ríos junto a los productores y las organizaciones que los nuclean.

El objetivo del mismo es disminuir pérdidas a fin de otorgarle mayor rentabilidad y fortalecer el posicionamiento de la producción frutícola de la región, tanto en lo que respecta al plano nacional, como al internacional.

Este nuevo plan cuenta con aportes directos del Ministerio de Agroindustria y se financia a través de un mecanismo de recupero por parte de los beneficiarios, lo que posibilita su sustentabilidad en el tiempo y permite proyectar a mediano plazo repetir el esquema de aplicaciones hasta alcanzar la supresión de los niveles poblacionales por debajo del umbral de daño económico.