SAN NICOLÁS.- "Es la pregunta". Hernán Bagliero, director de agro de Bayer, lo reconoció en Expoagro. Quienes se acercaban al stand de la empresa en la muestra colaban entre sus consultas la inquietud por saber los próximos pasos de esta compañía, que viene de comprar a Monsanto a nivel global por US$ 66.000 millones, y su impacto en la Argentina.

Cerca de Bayer, en el espacio que levantó Monsanto, Juan Farinati, presidente de la firma estadounidense en el país, se entusiasmaba porque, en su opinión, vía la operación "la velocidad de generación de tecnologías va a ser más alta". Y hablaba de números para justificarse. Monsanto invierte US$ 2500 millones por año en ese fin, mientras que Bayer ronda los US$ 1500 millones. "Todo eso junto va a estar al servicio de nuevas tecnologías", proyectó Farinati.

El consultor Iván Ordóñez cree que en un contexto "fuertemente competitivo" las fusiones o compras dan una espalda mayor a las empresas y terminan siendo "un activo estratégico" para luego trasladar beneficios a los productores.

Según estimaciones privadas, con la compra de Monsanto, sin contar el negocio de semillas, en el mercado de agroquímicos Bayer quedará como líder y la empresa más grande, con un 23,8% de participación en las ventas. Luego estará en segundo lugar la fusión Dow-Dupont, con un 16,3%, y completará el podio Syngenta-Chemchina, con 16,2 por ciento.

La compra de Monsanto por parte de Bayer está en pleno proceso para la aprobación en los distintos países donde operan las compañías. En la Argentina, Bayer está presentando la documentación requerida en la Secretaría de Comercio de la Nación. Sobre las dos compañías Bagliero destacó: "Somos complementarias".

Monsanto es líder en el herbicida glifosato y en maíz, y además tiene la nueva tecnología en soja Intacta, resistente a insectos. Bayer es fuerte en herbicidas específicos y otros fitosanitarios, además del tratamiento de semillas. También está creciendo en semillas de soja con su producto Credenz.

"Ambas plataformas son muy complementarias. Bayer es líder en agroquímicos y nosotros, en tecnologías y semillas. Todo este proceso va a fomentar la innovación y va a ser mejor para el productor", señaló Farinati.

En Bayer afirman que el mismo canal de distribución ya hizo la integración, con lo cual no se ven grandes problemas por ese lado o que queden menos distribuidores. "La mayoría de nuestros Dorados (la red de Bayer) son Magnum (la red de Monsanto)", contó Bagliero. Entre ambas firmas suman unos 220 distribuidores.

Por lo pronto, hasta que salga la aprobación, las dos empresas seguirán compitiendo como hasta ahora. Luego del proceso Monsanto quedará como una empresa de Bayer y, como viene trascendiendo, desaparecería como tal.

Desde Monsanto, Farinati está conforme sobre cómo está funcionando el sistema implementado vía el Inase para el control en semillas, en referencia a la soja Intacta. Destaca que "el Estado está involucrado", que el uso de la tecnología se duplicó y que el nivel de pago "está arriba del 80% y se sigue pagando". Agrega: "El productor cuando le llega la factura (tras la detección de Intacta) está predispuesto a pagar. La mayoría arregla ahí. No hemos tenido problemas legales".

En cuanto a la ley de semillas, vía ASA se reactivó hace un tiempo el diálogo con las entidades del agro para tener "una visión colaborativa más amplia" en esta materia, detalló Farinati. Habrá otro encuentro el mes próximo.

En tanto, para Bayer, el nuevo dueño de Monsanto, que haya un marco para la propiedad intelectual es y será central para sus próximas decisiones. "En la Argentina tiene que haber una captura de valor. De no haber un sistema de valor Bayer no lanzará tecnologías", avisó Bagliero. En Brasil, Bayer tiene un algodón que ocupa el 60% de la superficie pero no está en la Argentina por la indefinición en torno a semillas.