En este caso, 60 millones de toneladas de soja y 40 millones de maíz hacen un combo que no tiene antecedentes. La soja tuvo sus complicaciones por las excesivas lluvias durante el comienzo del verano que impidieron sembrar en fecha el 20% de área faltante en ese momento, algunas pérdidas de stand de plantas y caída en el potencial, pero la posterior evolución ha sido extraordinaria.

El buen comportamiento del clima durante estos últimos dos meses podría haber provocado cambios sustanciales en los rendimientos globales de forma tal que el 80% restante podrá más que compensar la potencial caída del 20% afectado que finalmente pudo ser sembrado. El estado de los cultivos no solamente está muy bien en la zona núcleo, sino también en todo el NOA y buena parte del NEA. Los rindes proyectados para el NOA es muy probable que sean récords históricos. Hablar de una cosecha de 60 millones de toneladas implica tener un rinde promedio nacional de 3200 kilos por hectárea, pudiendo ser el más alto de la última década. Mientras que Estados Unidos ha logrado en esta campaña un rinde récord promedio de soja de 3500 kg/ha, despegándose del resto de sus países competidores.

La Argentina tendrá en esta cosecha rindes muy por arriba de la media histórica nacional, por una conjunción de genética, ambiente y paquete tecnológico. Por su parte, Brasil también consolida en esta campaña un rinde récord que podrá llegar a los 3300 kg/ha, y una producción también histórica de 108 millones de toneladas.

Mientras tanto, el maíz también se perfila con rindes con un piso de 100 qq/ha en la zona núcleo y muchos cultivos con una base de 150 qq/ha. En el caso del maíz, esto no sorprende pues el productor paga hasta US$ 200 la bolsa porque sabe que tendrá respuesta directa en los rendimientos.

Si el clima acompaña y la cosecha avanza sin interrupciones, tendremos una actividad de cosecha, transporte, embolsado, flete cortos y largos y entrega de los contratos forward a un ritmo nunca visto en toda nuestra historia. Tendremos problemas de transporte y logística que pondrán a prueba la obsolescencia en la infraestructura vial, ferroviaria y de acceso a los puertos, que viene advirtiendo prácticamente desde hace mucho tiempo la Fundación Producir Conservando.

Todo esto tendrá impacto en los mercados, en teoría estamos ante un tsunami bajista de difícil predicción en cuanto a la magnitud de la baja. Pero, por otro lado, la fuerte baja en el precio de la soja ya se produjo. El mercado ya perdió US$ 20 en las últimas dos semanas, anticipándose a lo que va a ocurrir. En el maíz, la baja sufrida fue mucho menor, mostrando fundamentos para un mercado más sostenido y mayor resistencia a la baja. Esto no quiere decir que la baja no se produzca. Finalmente, el productor ya perdió el tren de la soja a US$ 265. ¿También perderá el tren de US$ 244? Sólo el clima, excesivas lluvias en cosecha, podrá torcer el destino de lo que puede ser otra historia de la baja anunciada que, por otra parte, ya se viene produciendo en cuotas y por goteo.