La compañía alimenticia Quickfood, que controla casi dos tercios del mercado de hamburguesas en el país, a través de la marca Paty, y alrededor de un tercio del mercado de salchichas, con las marcas Vieníssima y Hamond, reportó durante 2016 una pérdida neta de $ 463 millones. Esto significó unos $ 350 millones más que en el período anterior, cuando había cerrado con pérdidas en el ejercicio por $ 113,7 millones.

Controlada por la corporación brasileña BRF (Brasil Foods), la compañía acusó en el balance presentado a la Comisión Nacional de Valores (CNV), que desde fines de 2015 y principios de 2016 se generó un "fuerte incremento" en el precio de los principales insumos (entre ellos la hacienda y recortes) causada por un doble efecto. Por un lado, una devaluación del tipo de cambio del orden del 40% (ocurrido tras la asunción del Gobierno de Cambiemos) y, por el otro, la quita y reducción de las retenciones y cupos a la exportación de commodities agrícolas, como por ejemplo en el caso del maíz y la soja.

En este sentido, destaca que la compañía "se vio limitada en sus posibilidades de trasladar en lo inmediato a los precios domésticos esta importante suba de costos, dado el contexto de una demanda contraída en el mercado interno, el cual representa el 80% de las ventas aproximadamente", se afirmó en el balance.

Esa situación, según expresa Quickfood, generó una erosión de los márgenes del negocio, sobre todo en el primer semestre del año. Para mitigar la pérdida de márgenes, se destaca que la compañía continuó trabajando en "mejorar su eficiencia operativa y costos, de modo de absorber internamente parte de la suba de los precios de los principales insumos". Al mismo tiempo, se afirma que la quita de retenciones a la carne mejoró los márgenes del negocio de exportación, el cual representa el 20% del negocio.

Más allá de hablar de un mercado retraído, los números marcan que las ventas de la compañía durante el año pasado alcanzaron $ 5060 millones, una cifra 35% superior a la registrada en 2015. Fueron 70.642 toneladas de productos elaborados, lo que marcó un incremento del 9% respecto de 2015. Por su parte, la faena vacuna durante el año también creció, y fue de 149.073 cabezas, un aumento de 5388 cabezas contra el ejercicio anterior. A pesar de ese crecimiento, en el informe de la compañía destaca que el costo de las mercaderías vendidas se incrementó en 40%, pasando a representar el 88% de las ventas. En otro orden, el documento informa que el activo total del período alcanzó $ 2958 millones, un 45% más que en el ejercicio anterior, mientras que el pasivo total aumentó en $ 552 millones o un 27%. Así, el patrimonio neto terminó con un saldo de $ 403 millones.

Para este año, las perspectivas de la empresa pasan por la recuperación de la rentabilidad y de los márgenes del negocio, de la mano de una mayor estabilidad en el precio de los insumos y de una "recuperación prevista en el consumo interno".

Además, se explica que "el incremento de los reintegros a la exportación de carne vacuna y su ampliación a los procesados cárnicos a principios de 2017 hacen vislumbrar una mejora en los márgenes de la exportación".

En cuanto a su estructura en el país, la compañía cuenta con tres plantas industriales ubicadas en las localidades de San Jorge, Arroyo Seco (Santa Fe) y Baradero (Buenos Aires), y se especializa en la faena de bovinos, exportación de cortes frescos y elaboración de hamburguesas, salchichas, fiambres y alimentos congelados.