En momentos en que se define el futuro de SanCor, encaminada a una eventual reestructuración por el fuerte déficit ($ 2421 millones en el último ejercicio) o hasta una posible venta, la otra gran compañía láctea del país volvió a mostrar números negativos en su último ejercicio.

Se trata de Mastellone (La Serenísima), que si bien en el balance cerrado el 31 de diciembre de 2016 y presentado ante la Comisión Nacional de Valores (CNV), evidencia una reducción de sus pérdidas con respecto a 2015 ($ 616 millones), igualmente mostró un rojo de
$ 95,4 millones.

La empresa definió al 2016 como el año "más complejo para la lechería argentina en lo que va de este siglo", en su balance. Y lo explicó debido a factores que afectaron al sector como la caída en los precios internacionales de la leche en polvo, que tocaron un piso en el primer semestre de 2016. "Influyó negativamente sobre el mercado interno, al incrementarse la presión de la oferta coincidentemente con una restricción en la demanda", destacó en el balance. Como consecuencia, se generó una baja en la producción primaria, que estuvo agravada por las inundaciones.

Si embargo, la empresa resalta la reducción de su déficit, logrado por factores como la defensa de los precios efectivos, un estricto control de costos, un recupero en la rentabilidad de la subsidiaria brasileña Leitesol y una mejora en la estructura financiera, tras los aportes de capital recibidos del Grupo Arcor.

La alimenticia cordobesa invirtió u$s 50 millones a fines de 2015 y u$s 35 millones en 2017, que serán capitalizados una vez obtenga autorización de la CADE (Conselho Administrativo de Defesa Econômica de Brasil).

Las ventas totales consolidadas ascendieron a $ 17.723 millones (equivalentes a casi u$s 1200 millones), con un crecimiento de $ 3643 millones o 25,9%, respecto del año anterior. Esas ventas se repartieron en cinco segmentos: consumo interno ($ 14.372 millones); ventas especiales (industriales y licitaciones); exportaciones a terceros; ventas al exterior (Brasil y Paraguay); y otras ventas (fundamentalmente servicios). Los costos de esas ventas se elevaron a $ 11.595 millones, una cifra 20,1% superior a la registrada en 2015, por lo que resultó una ganancia bruta de $ 6127 millones. En términos de volúmenes, la compañía manifestó una caída promedio del 9,8%, principalmente en quesos (-11,2%); subproductos (-11%); y leche (-8,6%). Según expresaron, la reducción fue causada por la caída en la demanda, pero también por una menor participación de mercado, estimada en alrededor del 2,7%. La compañía viene achicando su personal desde 2013, cuando tenía 4519 trabajadores. En 2016 registró 3931 empleados.

En un año de exceso de oferta en el mercado interno, con caída del consumo, la empresa resaltó los incrementos de precios pagados al productor: "En octubre momento de máxima producción de leche y por tanto de precios usualmente inferiores a la media, nuestros precios superaban en alrededor del 67% a los de 2015", afirmó.

Además, destacó que de mantenerse los precios internacionales de fines de 2016 (alrededor de u$s 3200 por tonelada de leche entera en polvo), "se podría decir lo peor de la crisis ya pasó" y que se está cerca de ingresar en una situación de "relativo equilibro".