A la crítica situación que atraviesa la cooperativa láctea SanCor, con cese de actividades en cuatro de sus plantas industriales y problemas de pago a sus proveedores de materia prima, se le sumó recientemente un nuevo frente de controversia.

El nuevo conflicto surge a partir del número de la deuda que la cooperativa reclama de Venezuela, país con el que la empresa se asoció en tiempos de Néstor Kirchner (en marco del Fideicomiso Cooperativo creado en 2004) y que últimamente se convirtió en una de las causas de su gran déficit. En este sentido, el ministro de Agroindustria de la Nación, Ricardo Buryaile, aseguró que la cooperativa mantiene una "deuda enorme" de ventas que Venezuela no pagó, que rondaría los $ 1000 millones.

Sin embargo, distintas fuentes aseguran que la deuda no sería de tal magnitud, sino más bien la mitad. "La deuda con Venezuela ronda los u$s 35 millones", comentaron a El Cronista fuentes que siguen de cerca las negociaciones.

En el mismo plano, que trasladado a pesos serían $ 500 millones, se había manifestado días atrás el embajador de aquel país en la Argentina, Carlos Martínez Mendoza, en declaraciones al diario Perfil: "Venezuela está pagando; se deben sólo u$s 32 millones", afirmó.

Y agregó: "A hoy, por las entregas de enero y febrero, Venezuela está debiendo u$s 32 millones, de los cuales esta semana están por cobrar u$s 12 millones. Eso es el promedio que se comercializa cada dos meses, son aproximadamente unos u$s 40 millones".

La semana pasada, los directivos de la cooperativa encabezados por el presidente Gustavo Ferrero, se reunieron con Buryaile y el ministro de Producción, Francisco Cabrera, en un encuentro en el que también estuvo el titular de la Asociación de Trabajadores de la Industria Láctea (Atilra), Héctor Ponce, y en donde la empresa se habría comprometido a presentar "un plan de reestructuración financiera", con el propósito de superar la crisis y salvaguardar los más de 4000 empleos.

Según manifestó el propio Cabrera, el Gobierno le negó a la empresa un pedido de $ 4500 millones adicionales, con el argumento de que desde que empezó el gobierno de Cambiemos, el Estado le otorgó préstamos a SanCor "por fuera del circuito financiero" para que pudieran avanzar en su proceso de reestructuración. Esa ayuda rondó unos $ 500 millones.

Según comentaron a este diario, la plana directiva de SanCor se encuentra estos días reunida en la sede de Sunchales definiendo "las líneas de acción a seguir".

Aunque hay pocas precisiones, se sabe que trabajan en el mentado plan de reestructuración, que deberá incluir una refinanciación de la deuda.

Ayer Buryaile aclaró que todavía "no hay ofertas de grupos privados para adquirir acciones de SanCor".

Lo hizo tras rumores de que grandes grupos lácteos internacionales estarían interesados en adquirir la compañía.

El funcionario indicó que el Gobierno pretende que el plan de restructuración "sea creíble", con la idea de que la firma siga operando y pueda recuperarse en el mediano plazo, para que las fuentes de empleos continúen. "SanCor no tiene que despedir gente sino que debe incrementar el volumen de leche que procesa, pero para hacer eso tiene que tener más recursos financieros para comprar materia prima, y este es el problema que tiene hoy", explicó Buryaile, en diálogo con radio Rivadavia.

Además sostuvo que el costo operativo mes a mes arroja un promedio de $ 150 millones, y que con una capacidad instalada para procesar hasta seis millones de litros de leche diarios, la última semana procesaba 1,5 millón. El último balance fue elocuente: la cooperativa tuvo una pérdida neta de $ 2421 millones.