Una de las conjeturas periodísticas más resonantes era, tras el conflicto por la 125, la inminencia de la recreación de la Junta Nacional de Granos. Muchos la daban como un hecho.Aquella fantasía estatista finalmente no se formalizó, pero sí se recreó en las selectas mesas del trigo y del maíz donde se fijaban cupos para exportar y vender en el mercado interno, presididas por el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno.

Derogado ese mecanismo perverso, un presidente de la Nación dio cuenta en el Congreso de lo que ocurre cuando a la actividad agropecuaria simplemente se le deja de poner un pie encima. Fue Mauricio Macri, el miércoles pasado, quien destacó frente a la Asamblea Legislativa el crecimiento que tuvo en la producción tras la eliminación de esas trabas. También hizo hincapié en el crecimiento de las ventas de maquinaria agrícola e insumos. En una economía a la que le cuesta despegar, la reacción de la agricultura ya es algo más que simples brotes verdes.

Macri, además, mencionó otra vez su intención de que la Argentina sea "supermercado del mundo". No son pocos los especialistas que señalan que para alcanzar esa meta se requieren reglas estables de largo plazo, baja inflación, una menor presión impositiva que la actual, infraestructura en buenas condiciones, acceso al crédito internacional y acuerdos comerciales con la mayor cantidad de mercados posibles.

Hay otro camino posible en esa meta que todavía no se exploró, pero que Brasil lo recorrió muy bien en la década pasada. El impulso a la creación de "multilatinas", o empresas multinacionales de alimentos de origen local. Su nave insignia fue JBS, que se convirtió en el principal frigorífico del mundo. Aquí, salvo excepciones como Arcor o la citrícola San Miguel, las agroindustrias tuvieron que resistir como pudieron en el mercado local.

En la mención sobre el crecimiento de la producción granaria, el presidente Macri volvió a citar la "cosecha récord" de trigo que había anunciado el Ministerio de Agroindustria una semana antes cuando informó que se habían obtenido 18,4 millones de toneladas. La cifra representó un salto de dos millones de toneladas respecto de su estimación anterior con un aumento del área sembrada de un millón de hectáreas. "El mercado ha tomado los números con bastante escepticismo, caso contrario deberían haberse registrado bajas significativas", en los precios del cereal, señaló un informe de la consultora Agro-Tecei. La Bolsa de Cereales de Buenos Aires y la Bolsa de Comercio de Rosario mantienen cifras significativamente menores que la estimación oficial. Se verá en el circuito comercial a lo largo del año si el cálculo oficial es cierto o no. De todas maneras, una cosecha de 15 millones de toneladas aunque no era récord -en 2007/08 se llegó a 16,9 millones de toneladas- ya era un dato más que alentador sobre la respuesta de los productores a la eliminación de las retenciones y las trabas para exportar. No hacía falta agregarle unos millones más.

Queda también otro tema para debatir que un analista del mercado como Enrique Erize planteó en estas páginas hace unas semanas. ¿Cuán competitivo es el trigo argentino en los mercados extra-Mercosur? ¿Puede pelearle a la oferta de Rusia, Ucrania, Estados Unidos o Australia? Llegar a 20 millones de toneladas puede resultar un interesante récord productivo, pero ¿lo es también desde el punto de vista comercial? ¿No convendría explorar otros cultivos de invierno para diversificar las opciones de venta? Estas son preguntas que podrían integrar la agenda de la "competitividad" del agro.

Justamente ése fue uno de los ejes de la jornada que organizó hace unos días la Fundación Barbechando, que convocó a legisladores de varios partidos políticos, ruralistas y funcionarios del Gobierno para analizar la agenda del campo en el Congreso para 2017. Según informó Alvaro Tomás, integrante de Barbechando, entre las normas de corto plazo que se tratarán en el Congreso están la ley de semillas y la ley de humedales, que fue sancionada por el Senado y pasó a Diputados. También hay proyectos sobre Buenas Prácticas Agrícolas, economías regionales, warrants y suelos. En el largo plazo, la cuestión del medio ambiente, por la relación entre las áreas urbanas y rurales, también formó parte de los debates de la jornada. En el año electoral el campo tiene una oportunidad para hacerse ver.