El Gobierno tiene su propio monitor de la economía real. El documento de febrero está ya en los despachos de los principales ministros y mantiene el sello de su primera edición: "uso interno". El informe de 37 páginas -al que LA NACION tuvo acceso exclusivo- lo elabora el Ministerio de Producción y cohesiona los principales datos positivos del comienzo de año. "La economía arrancó con el pie derecho", sostienen en el resumen ejecutivo. Entre los brotes verdes que enumeran aparecen los despachos totales de cemento, que crecieron en enero por tercer mes consecutivo, un 2% interanual. La producción automotriz, que aumentó un 51% interanual en el comienzo del año y los patentamientos de motos (59%). Los préstamos reales a familias aumentaron casi un 2% (crecieron durante los últimos cinco meses) y la evolución -dicen- proyecta un 2017 donde el sistema financiero tendrá un impacto positivo sobre el consumo.

"Los últimos meses de 2016 dejaron preparado el terreno para la recuperación de la economía este año", agregan desde el monitor de la economía real. La explicación se basa en varios factores: mayor producción agropecuaria, la desaceleración de la caída de la actividad económica y la "esperada" recuperación del consumo, enumeran. La construcción tendrá también un rol clave. Para ello afirman que las escrituraciones aumentaron un 40% interanual en diciembre y los permisos para nuevos metros cuadrados un 11%, después de tres meses de bajas.

Sin embargo, el dato principal gira en torno de la inversión pública de enero, que cuadruplicó lo ejecutado durante enero de 2016. "Eso supone un efecto inmediato en términos de empleos que se empezará a ver en los próximos meses", se entusiasmaron desde Balcarce 50. La mayor parte estará destinada a infraestructura. El 45,3% del monto ejecutado corresponde a agua potable y alcantarillado, el 16% a transporte y el 12,7% a vivienda y urbanismo.

El campo vuelve a ser protagonista. En el último trimestre de 2016 crecieron las ventas de maquinaria agrícola (48%) y las exportaciones de productos primarios (37%), sostiene el documento. "Estas son señales de que el campo es uno de los sectores que impulsará el crecimiento. Si bien las inundaciones e incendios habían puesto en riesgo la superficie sembrada y parte de la cosecha fina, las últimas estimaciones de las bolsas de cereales dan cuenta de un repunte en las perspectivas de producción de maíz y soja", se entusiasman desde Producción. La estimación es un incremento de 5,4 millones de toneladas en la producción de maíz (+21%) mientras la de soja caería en unas 800.000 toneladas (-1,4%) con respecto a la campaña 2015/2016.

Otro eje que miran es el del consumo. La afirmación es contundente: "es clave para el crecimiento económico". Allí es donde admiten que la demanda de bienes y servicios cayó tanto por la baja del consumo privado como por el retroceso en la inversión. Sin embargo, sostienen que por la evolución positiva de las importaciones de bienes de capital, el incremento de la inversión pública prevista, el blanqueo de capitales y el impacto de los créditos hipotecarios que crecieron con tasa variable UVA (treparon más de 500% en los últimos seis meses) en la construcción se "anuncia el despegue de la inversión". La superficie autorizada para construir obras privadas que mide el Indec en 41 municipios mostró una recuperación en diciembre.

"Sin embargo, el consumo público y privado representó el 69% de la demanda agregada total en 2016 y todavía no muestra signos claros de reactivación. La recuperación del empleo y del poder adquisitivo es imprescindible para el crecimiento económico", admiten puertas adentro del Palacio de Hacienda. En ese sentido aseguran que la caída del empleo se detuvo en junio y es "esperable" que se generen nuevos puestos de trabajo. La definición de las paritarias y la desaceleración de la inflación determinarían la evolución del salario real y la intensidad del incremento del consumo. "El empleo total registrado creció en noviembre con respecto al mes anterior por cuarto mes consecutivo y el salario real subió un 2,6% entre septiembre y noviembre de 2016", según el documento.

Otro capítulo está destinado a las políticas públicas que apuntan a estimular la demanda. El balance de enero muestra un alza del 79% en los programas Ahora 12 y el Ahora 18. El monitor de la economía real también hace referencia al programa de precios transparentes aunque lo pone en términos de metas y no de resultados. Allí se afirma que "busca que los comercios compitan por tener mejores precios y los bancos compitan para tener mejores tasas y opciones de financiamiento". También pone como una herramienta pública la estrategia de los tres bancos oficiales (Nación, Provincia y Ciudad) para lanzar líneas de crédito de hasta 50 cuotas fijas con una tasa del 19% anual.

Por último, pone el foco en el mundo que, para el Gobierno, "juega a favor de la Argentina en 2017". La fundamentación es que las exportaciones argentinas a Brasil crecieron 40% en enero y los ingresos por turismo aumentaron 106% en diciembre. A su vez, el vaticinio de las economías de los principales socios argentinos es que crecerán un 2,4% este año cuando en 2016 lo hicieron en un 1%. Brasil es, en este sentido, la principal apuesta, con un crecimiento proyectado tras dos años de recesión.

Luces rojas, verdes y amarillas

El monitor tiene también un particular semáforo con cuatro ejes: actividad y demanda; empleos y precios; comercio y el mundo, y política económica y expectativas. En el verde -que identifica para el Gobierno las buenas noticias- aparece que los sectores más representativos de la industria (autos y servicios) crecieron por segundo mes consecutivo; el empleo total registrado se recuperó por cuarto mes consecutivo y el hecho que los principales socios comerciales de la Argentina crecerían un 2,4% en 2017.

Las luces rojas del semáforo económico argentino están en que todos los sectores industriales mostraron caídas en la actividad durante 2016, las ventas minoristas cayeron 2,5% en enero y resurgieron las políticas proteccionistas en los Estados Unidos con la posibilidad de afectar algunas economías regionales. El otro dato que preocupa es el tipo de cambio multilateral, que cayó 5% con respecto a enero de 2016, aunque -advierten- es un 20% superior a noviembre de 2015.

Las señales amarillas pasan porque el empleo privado registrado permaneció estable en noviembre en términos desestacionalizados, la recaudación creció 30% en enero pero cayó en términos reales y la actividad continuó desacelerando su caída en diciembre, según OJF.