El asesor Juan Pablo Ioele trazó un panorama para La Nación sobre la situación de los cultivos en el sudeste cordobés en lo que va de febrero.

"Las distribuciones de las precipitaciones han sido diferentes y muy variadas, con lluvias que alcanzaron los 170 mm al norte del departamento Marcos Juárez, en ocasiones acompañadas de granizo, y otras zonas más al sur del sudeste cordobés donde las precipitaciones apenas alcanzaron los 40 mm", contó.

Según el especialista, esta disparidad provoca que el estado de los cultivos no sea homogéneo en la zona. "Encontramos lotes de soja de primera transitando R6 con excelentes condiciones de humedad en el suelo y otros lotes donde los excesos hídricos están empezando a complicar y a comprometer el cultivo, principalmente en zonas de bajos".

Ioele señaló que las sojas no experimentaron grandes problemas de enfermedades e insectos. Dependiendo de cada situación hubo tratamientos para bolillera y chinches y en muchos casos se realizaron aplicaciones para enfermedades de fin de ciclo pero, indicó, en carácter más preventivo que por situaciones que hayan justificado una intervención con fungicidas en el lote.

En cuanto a las sojas de segunda, "tienen todavía un período por recorrer para empezar a definir su futuro, ya que dependiendo de su fecha de siembra están en muy diferentes situaciones".

"Los lotes que tuvieron humedad después de la recolección del trigo y se sembraron temprano a fines de noviembre-principios de diciembre están entre R2 y R3 y los lotes que tuvieron que esperar las lluvias de fines de diciembre para ser sembradas hoy recién están terminando sus etapas vegetativas e iniciando su período reproductivo. Estas últimas lluvias de febrero están proveyendo de una buena situación de humedad como para que definan sus etapas clave sin restricciones pero, al igual que el resto de los cultivos, esperando que esas situaciones no sobrepasen sus necesidades y empiecen con todos los problemas que causan los excesos de lluvias sobre los mismos", precisó.

Por el lado del maíz, la mayoría de los cultivos en la región sufrieron un atraso en sus fechas de siembra por la ausencia de lluvias durante septiembre. "Esta situación fue beneficiosa para gran parte de estos lotes implantados con la gramínea, ya que las lluvias se hicieron esperar hasta fines de diciembre, lo que hizo que la floración no sufriera estrés hídrico en la generalidad de los lotes", afirmó.

En este contexto, hoy los lotes están superando la madurez fisiológica y empezando su secado con resultados dispares, dependiendo de la situación de anegamiento o no que lo acompañen hasta cosecha.