Con el superpeso el salario y los servicios públicos quedan mejor parados. En el caso de los salarios no es que no caigan por efecto de la inflación pero lo hacen en menor medida.

El debilitamiento del dólar con relación a nuestra moneda no es otra cosa que la apreciación del peso. Esto es lo que se conoce hoy como el “superpeso”

El problema del “superpeso” son las terribles consecuencias que caen sobre la capacidad de exportación que, en definitiva golpean al aparato productivo.

En este cuadro se encuentra la agricultura.

Desde el inicio del año, el tipo de cambio ha sufrido una caída de casi 4%. A ello deberíamos sumarle el desgaste de la inflación.

El “superpeso” es producto de la liquidación de divisas por blanqueo y bonos en el mercado cambiario.

Tomen en cuenta que hubo días de aumentos considerables en Chicago, por ejemplo, de la soja, que no se reflejaron en igual proporción en el mercado local.

El cuadro siguiente nos muestra cómo, desde el inicio del año, el precio de la soja (local) se comporta de forma bastante aproximada a la evolución del tipo de cambio.


Resulta lógico aguardar que los aumentos de tarifas por servicios con el paso de los meses, más bien a partir de fin de año, morigeren su ritmo.

Es muy cierto que los ajustes tarifarios contribuyen a bajar el déficit fiscal.

Pero, la realidad es que por ahora el financiamiento del déficit (el programa financiero para este año tomaría “nueva deuda” por más de 20.000 millones para lograr el ajuste gradual del déficit fiscal) y el blanqueo derivan en un fuerte ingreso de dólares. Este proceso, a su vez, aprecia el peso y, en consecuencia, castiga todos los negocios ligados a la exportación. Acá está la agricultura. Y hoy, más que nada, la soja y el maíz.

Lamentablemente, para el corto plazo, se prevé un peso muy apreciado, es decir un dólar en términos reales en baja. No resulta nada alentador…¿no?

Para peor, se espera que, en pocas semanas, la Administración Trump implemente una reforma tributaria. Ella traería una nueva y visible apreciación internacional del dólar. En tal caso, el problema de competitividad argentina a nivel internacional se acentuaría. Y obviamente, también, los ingresos por venta de granos.

¿Vamos a cerrar este análisis con tanto pesimismo? De ninguna manera.

Hay noticias alentadoras en el plano internacional. Más claramente, se vislumbran nuevas oportunidades para la exportación, sobre todo de maíz, y también de soja.

En principio, el secretario de Agricultura mexicano va a viajar a nuestro país y a Brasil con el objeto de aumentar el abastecimiento de granos por parte de ambos países.

Es un dato de gran importancia el volumen de importación de maíz por parte de México. Este país compra en el exterior cerca de 13 millones de toneladas de este cereal. Estamos hablando, sólo por maíz, en algo así como 2.500 millones de dólares.

Y la mayor parte la obtiene en EE.UU.

Recordemos que México ha mantenido, durante años, a EE.UU. como principal proveedor de granos bajo el marco del NAFTA.

Pero las cosas, están cambiando.

La hostilidad de Donald Trump hacia su socio mexicano abre una gran oportunidad de negocios. La intención del presidente Trump de renegociar el Nafta, ha puesto en alerta a México. Así, ahora se dirige a crear nuevos opciones de abastecimiento.

Con tal propósito se propone importar maíz y soja desde América del Sur.