ROSARIO.- La ruta nacional N° 7, a la altura de la laguna de La Picasa, en el sur de Santa Fe, tiene horario de oficina. No es un eufemismo, sino fruto de las restricciones al tránsito que impuso Vialidad Nacional, luego de que se detectara un deterioro importante de ese camino, que está rodeado por ambos márgenes de agua.

En 1999, tras la máxima crecida de la laguna, esta ruta permaneció durante siete años cortada, y dejó desconectadas a las localidades de Aaron Castellanos y Diego de Alvear.

Desde hace dos días, Vialidad Nacional comenzó a reconstruir la protección del talud y de las barandas metálicas laterales de la ruta, que fueron destruidas por la crecida de la laguna. La ruta está habilitada de manera restringida -una mano por vez- desde las 9 hasta las 18. Es la forma que encontraron las autoridades para prevenir accidentes en un camino que llegó a estar cortado durante siete años.

Ayer estuvieron en la zona funcionarios del Ministerio de Seguridad de la Nación y de la Secretaría de Protección Civil de Santa Fe, que evaluaron la situación. "La laguna está estable. No ha crecido durante los últimos días, lo cual es algo alentador, aunque se esperan lluvias durante el fin de semana", señaló a LA NACION Antonio Moyano, subsecretario de Protección Civil de Santa Fe. Marcos Escajadillo, titular del área, explicó que "la semana pasada Vialidad Nacional comenzó a arrojar piedras en algunos sectores de la ruta donde se empezaba a notar el impacto de la erosión del agua. Hubo días con mucho viento y las olas que se formaban pegaban contra el borde de la ruta".

La situación de la laguna es crítica tras la última crecida debido a las lluvias en la provincia de Córdoba. El presidente del comité de cuenca de La Picasa, Juan Carlos Duhalde, admitió que la situación sobre la ruta 7 "es gravísima ante los pronósticos de lluvia para los próximos días que podrían desbordar la laguna".

Duhalde sostuvo -en diálogo con LT8 de Rosario- que la ruta 7, que atraviesa el sur de la provincia de Santa Fe, "continúa con tránsito asistido. Permiten el tránsito una hora a los vehículos que van de Buenos Aires a Mendoza y viceversa. Eso produce un embotellamiento horrible, que causa mucha bronca en la gente. Se habilita el tránsito entre las 9 y las 18, después se cierra para los camiones que trabajan apuntalando la ruta, tirando piedras para asegurar el terraplén".

El problema fundamental se da entre las localidades de Aarón Castellanos y Diego de Alvear, al sur de Santa Fe. Allí, la cota está a un nivel de 104.25, es decir, a 25 centímetros del nivel de la ruta. "La situación es de extrema gravedad. El agua está a punto de romper la ruta literalmente. Y no es que la va a inundar o pasar por arriba. La va a destruir como en 1999. Y en aquella época estuvimos 7 años sin la ruta", afirmó Duhalde.

El miércoles pasado, el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y los gobernadores de Córdoba, Juan Schiaretti, y el de Santa Fe, Miguel Lifschitz, convocaron a una reunión del Consejo de Gobierno del Comité de Cuenca de La Picasa para acordar cómo resolver el problema en la emergencia de toda la cuenca a mediano y largo plazo.

Lifschitz, anunció, entre un paquete de medidas para paliar el problema de las inundaciones, la construcción de un canal para evitar que La Picasa siga subiendo. Esta obra de urgencia está prevista que se inicie la semana próxima. Según informaron desde el gobierno, "se trata de una obra que complementa a la estación de bombeo norte en la La Picasa, donde se prevé que desagote por gravedad".