La Argentina podría aprovechar el giro proteccionista de Estados Unidos a partir de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca si consigue un mejor acceso de sus productos agroindustriales a México.

Hace dos semanas, el secretario de Agricultura de México, José Calzada Rovirosa, se reunió con la secretaria de Mercados Agroindustriales del Ministerio de Agroindustria, Marisa Bircher, en Berlín, durante un encuentro sobre agricultura y alimentación de países del G20, donde repasaron el estado de las negociaciones bilaterales y el mexicano expresó su interés por los productos argentinos.

En abril próximo se realizará en Buenos Aires una reunión con México por el acuerdo de complementación económica ACE6, que incluye todas las posiciones arancelarias. Sin embargo, según fuentes del sector privado, podría haber un encuentro previo por la cuestión de los alimentos.

"Nos interesa exportar cítricos, carnes bovinas, productos avícolas, lácteos, soja y aceite, entre otras cosas", dijo Bircher a LA NACION. "Es el momento adecuado para hacerlo, creció el interés por parte de ellos", añadió.

Hace una semana, el secretario de Economía de México, Ildefonso Guajardo, les dijo a funcionarios de Trump: "Les advierto: la apertura para granos y productos agrícolas y agropecuarios de Brasil y la Argentina les va a comer el gran mercado que hoy ustedes tienen en México", según informaron las agencias de noticias internacionales.

México es un mercado atractivo para los alimentos argentinos. Con 121 millones de habitantes, desde que firmó el tratado de libre comercio con Estados Unidos y Canadá (Nafta, según sus siglas en inglés), en 1994, tuvo como proveedor casi exclusivo de productos agropecuarios los EE.UU. Es el 14° importador mundial y el séptimo socio comercial de la Argentina. En el comercio bilateral, sólo el 30% de las exportaciones argentinas a México corresponden a productos agroindustriales. Y esa oferta, para los mexicanos, representa apenas el 1,1% de sus importaciones globales. Además, la Argentina tiene un déficit comercial de poco más de US$ 1000 millones. El grueso de los envíos en agroindustria se concentra en aceite de girasol, cueros y vinos. En 2015 apenas se concretaron ventas por 251 millones de dólares. El año pasado esa cifra se habría incrementado, ya que hasta agosto las exportaciones de agroalimentos habían llegado a 171 millones de dólares.

Los contactos con México se aceleraron en 2016. En octubre pasado, Calzada Rovirosa se reunió con el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile. Hubo negociaciones sobre problemas sanitarios, y técnicos mexicanos aceptaron por primera vez poner sobre la mesa varios temas que la Argentina venía reclamando desde hacía tiempo.

En lista de espera están la carne vacuna y los pollos. México frena el ingreso de bifes argentinos por el estatus de país libre de fiebre aftosa, pero con vacunación. Tras la aprobación de Canadá y Estados Unidos a la Argentina, ese motivo no tiene sustento.

En avicultura, según informó el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, hace dos años México habilitó un cupo para importar 300.000 toneladas de pollo por la aparición de gripe aviar en sus granjas. Esos envíos no se concretaron, pero hay cuatro plantas frigoríficas ya autorizadas para exportar y podrían habilitarse diez más en un plazo breve. "Ellos comen un pollo grande, parecido al que podemos exportar nosotros", se entusiasmó Domenech. La avicultura argentina está libre de influenza aviar, sin vacunación, lo que mejora su condición sanitaria.