El deterioro en la relación entre la CGT y el Gobierno ya no es sólo verbal. Como inicio de un plan de lucha contra los despidos y las suspensiones, en su primera reunión formal del año, la central obrera llamó a un paro general para la segunda quincena de marzo y una movilización para el 7 del mes próximo.

Será la primera huelga general que enfrentará el presidente Mauricio Macri. Con duras críticas por incumplimientos del pacto rubricado en la Mesa del Diálogo y la Producción para frenar despidos, el triunvirato cegetista anunció que abandonará esa instancia de encuentro con el Gobierno y las principales cámaras empresarias.

"Ya no hay tiempo para el diálogo", dijo Héctor Daer, a la salida del cónclave, que se extendió por más de tres horas en la Federación Marítima. "Hubo mucho compromiso, pero no asumieron ninguno. Empresarios y el Gobierno están jugando en conjunto y eso va en contra de los trabajadores", agregó el líder del gremio de Sanidad. El cese de actividades anunciado -con otra movilización- será "total" a partir de las 12, en un día todavía por definir en la última semana de marzo, aseguraron los líderes de la CGT.

A la cabeza del reclamo estarán los gremios industriales, los que más fuertemente elevaron la voz ayer en la reunión del consejo directivo. Los metalúrgicos (UOM) conforman uno de los sectores más afectados en los últimos meses por despidos y suspensiones, sumados a la inminente apertura de importaciones de computadoras. Ya se habían diferenciado de la conducción cegetista por su anticipada presión por el llamado a un paro y habían convocado para el 14 a una marcha con otros sindicatos industriales, que se mantendrá.

La necesidad de una medida de fuerza fue casi unánime. Además del triunvirato de mando, en la reunión estuvieron Pablo Moyano (Camioneros), Francisco Gutiérrez (UOM), Armando Cavalieri (Comercio), Roberto Fernández (UTA), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (Uocra), Sergio Romero (UDA), Andrés Rodríguez (UPCN) y Omar Maturano (La Fraternidad), entre otros. Otro de los gremios más duros ayer fue el de docentes. Con la inminente discusión de la paritaria docente, rechazan que se fije una pauta salarial "techo" de 18% en las paritarias.

Con duros cuestionamientos al "modelo económico", Carlos Acuña, otro de los jefes de la CGT, anticipó que las medidas anunciadas son "el inicio de un plan de lucha para que se cumplan los compromisos". Los jefes de la CGT cuestionan que el sector empresario incumplió, ante la "pasividad del Gobierno", las dos actas rubricadas a fines de 2016: el pago de un bono de fin de año con un piso de $ 2000 y el compromiso de no despedir ni suspender trabajadores hasta marzo.

En la Casa Rosada aseguraron a LA NACION que existe una "profunda diferencia de diagnóstico" con la CGT sobre los despidos. "Estamos en un sendero de crecimiento de la economía, del empleo, el crecimiento de patentamientos, hipotecas y construcción, y ante un descenso de la inflación", dijeron. Y señalaron que "el Gobierno reconoce que no está todo bien, que existen dificultades en sectores particulares, pero que comenzó la recuperación y no se justifica un paro". En Balcarce 50 expresaron que existe una situación de "conflicto interno en la CGT y para mantener la unidad se tienen que pelear con el Gobierno, y máxime con una situación del peronismo dividido".

Los movimientos sociales acompañarán a la central obrera en la medida de fuerza. Ambos sectores volverán a confluir después de la protesta por la emergencia social del 18 de noviembre frente al Congreso. Aglutinando a todos los "sectores agredidos por la política económica", como dijo ayer Daer, la CGT intentará erigirse en conductor de la protesta social.

En el plan de lucha de la CGT aparece primero la movilización del 7 de marzo al Ministerio de Producción. Los puntos que guiarán el reclamo serán el rechazo a los despidos y las suspensiones, en defensa de las "paritarias libres" y los convenios colectivos de trabajo y el "aumento indiscriminado de tarifas".

"El diálogo está roto en tanto el Gobierno no reaccione y tenga otro enfoque económico. No ha habido acierto en la implementación de las medidas económicas, y están erosionando el poder adquisitivo de los trabajadores", cuestionó Juan Carlos Schmid, integrante del triunvirato de la CGT. "Ya hubo muchas conversaciones, mucho compromiso, pero no asumieron ninguno. Quedó demostrado que lo que se conversó y lo que se firmó no se cumplió ni por los empresarios ni por el Gobierno" agregó.

Desafiante, Acuña anticipó que los anuncios de ayer no serán solamente medidas de fuerza aisladas, "sino el inicio de un plan de lucha". Y cerró: "La CGT está tratando de interpretar lo que interpretan los trabajadores, queremos ponernos al frente de esta situación".

Tensiones

De la edición

Fin de año terminó en forma muy positiva para la relación entre el Gobierno y los gremios: compromiso de los empresarios para no despedir, pago de las deudas con las obras sociales y suba del mínimo no imponible de Ganancias. Sin embargo, 2017 arrancó con otro clima. Entre un contexto y otro, sectores empresarios industriales incumplieron el compromiso de no despedir y recalentaron la relación con los gremios. En la CGT están descontentos porque entienden que el Gobierno se desentendió del acuerdo una vez firmado. También pesó en la decisión de convocar a un paro la inminencia de las paritarias, que el Gobierno quiere situar debajo del 20%.