Las zonas que no lograron una buena provisión de agua hasta mediados del mes pasado, difícilmente hayan logrado completar valores normales en la segunda quincena. Esta última fue mayormente seca, con extendidos períodos de alta insolación y jornadas donde el verano se expresó con el rigor térmico propio de la época.

Las lluvias de las últimas jornadas de enero han sido en general pobres o nulas, con algunos chaparrones más generosos distribuidos sin ningún patrón en áreas de CB, BA, SF y el sudoeste de ER. Recientemente se han observado algunos chaparrones extras en el noreste de la provincia de ER, aunque vienen prevaleciendo actualmente las condiciones estables pero con la presencia de una masa de aire que tiene potencial para producir precipitaciones bajo un contexto de inestabilidad.

Como decíamos, un vasto sector de la zona núcleo, logró acumular precipitaciones de importancia en la primera quincena de enero, que incluso superaron los valores normales del mes. Esta sobreoferta de agua sirvió para disimular el cambio hacia el patrón seco que predominó en la segunda quincena, sin embargo, es necesario que las precipitaciones regresen en forma perentoria para recuperar el buen paso que lleva la gruesa (siempre descontando las áreas que sufren anegamientos).

Se espera que durante el día sábado, un sistema frontal recorra gran parte de la zona central del país. Buena parte de la zona núcleo queda incluida dentro de un sector donde la cobertura de lluvias sería total. Se esperan precipitaciones que ronden promedios areales con piso en los 30 milímetros. Dentro de este contexto, pueden generarse celdas de tormentas que definan corredores donde esta oferta sea ampliamente superada.

Las reservas de humedad se han resentido con el magro derrotero pluvial de la segunda quincena de enero. Los departamentos del sudoeste entrerriano, el sur de SF y el norte de BA, parecen presentar un balance hídrico que se sostiene en mejores condiciones a pesar del retroceso de las precipitaciones. El panorama se ajusta hasta niveles de sequía sobre el noreste de la provincia de ER y en áreas del sur de BA donde el problema persiste desde finales de noviembre. En este sentido las próximas lluvias ganan un oportunismo que bien puede considerase sustantivo para el desarrollo de lo que resta de la campaña.

La demanda de agua está claramente diferenciada. Mientras que gran parte del corazón de la zona núcleo puede arreglarse con registros que se ubicarían por encima de los 30 milímetros, el oeste de CB, LP, noreste de ER y gran parte del sur de BA, requieren al menos el doble.

Esta estimación permite estimar como comenzaremos la semana próxima, luego del resultado de las lluvias del sábado. Si las mismas se validan, la soja quedará muy bien provista en momentos en que transita el vital período de floración.

Por lo que se ve en los modelos de pronóstico de mediano plazo, las condiciones que tenderían a imponerse no reproducirían lo sucedido entre mediados de diciembre y mediados de enero. Es decir, no deberíamos esperar una sobreoferta de agua a nivel generalizado. Las perspectivas parecen más próximas a reproducir un escenario normal de precipitaciones para el mes de febrero o incluso algo corto. Esto no implicaría una déficit comprometedor para el desarrollo de los cultivares, pero aparece como probable una situación donde la holgura de precipitaciones se ausente.

En este sentido es de gran importancia la concreción de las precipitaciones del día sábado. La semana que viene inicia con cambio de masa de aire, más fresca y seca, por lo tanto este evento se posiciona como crucial para el mes de febrero.