Un nuevo paso para avanzar en la agenda de la competitividad con el Gobierno dio esta semana la Mesa de las Carnes. Representantes de 25 asociaciones de la producción, el comercio, la industria y el trabajo llevaron a la Casa Rosada un conjunto de propuestas para mejorar la productividad del sector.

Los que participaron de la reunión con el presidente Mauricio Macri calificaron el encuentro como "histórico". Dijeron que era la primera vez que un mandatario se reunía con todos los eslabones de las cadenas que forman parte de las cuatro carnes principales del país, la vacuna, aviar, porcina y ovina. Quizá sea un tanto apresurado utilizar ese adjetivo para una reunión de trabajo: sólo el tiempo y el trabajo que se haga pondrá las palabras en su lugar. Ese entusiasmo probablemente se origine en lo que ocurría hace once años, también durante los días cálidos del verano, cuando los referentes de la carne eran convocados a la Casa Rosada para refrendar un acuerdo de precios de cumplimiento imposible.


Ahora, en la presentación al Presidente y los funcionarios del Ministerio de Agroindustria se dijo, básicamente, que la Argentina puede contar este año con un excedente de exportación en todas sus carnes de no menos de 800.000 toneladas. Esto quiere decir que la salida exportadora, sin alterar los números del consumo interno, es la que podría iniciar el círculo virtuoso tantas veces propuesto y reclamado por todos los actores de la actividad.

En el caso de la carne vacuna, varios analistas coinciden en que este año habrá excedente de hacienda y que sí o sí se deberá acelerar el aumento de exportaciones. Esto lo perciben los criadores, que ven los precios en retroceso. Del otro lado de la cadena, los exportadores argumentan que hoy el precio del gordo se equiparó con el del animal liviano. "Ése es el mejor incentivo para producir animales pesados", dicen. Al mismo tiempo, los industriales exportadores dicen que el novillo argentino hoy es el más caro del Mercosur y tienen una menor competitividad que los socios del bloque regional. Eso sí, no se pueden quejar de que el Gobierno no los escuche. Al concluir la reunión de la Mesa de las Carnes, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, anunció el incremento, por un año, de los reintegros a las exportaciones de carne vacuna en 1,5 puntos porcentuales hasta llegar a 6% . También se incrementaron los de la carne aviar y quedaron en 5% para los próximos doce meses.


El otro gran capítulo de la propuesta de la Mesa de las Carnes es el del combate a la informalidad. Macri insistió en que el Senasa y la AFIP deben estar activos. En marzo próximo, además, la Subsecretaría de Control Comercial, a cargo de Marcelo Rossi, tiene previsto comenzar a instrumentar el sistema de "cajas negras" en los frigoríficos y pago de IVA con autorización previa.

"Lo que quedó en claro es que la producción respondió positivamente a la baja de retenciones y a la eliminación de las trabas al comercio", dijo, entusiasmado, el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere. "Si nos equiparan las condiciones que tienen nuestros competidores tenemos más posibilidades de crecer", añadió.

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Pero el mundo se ha vuelto más difícil para todos. El giro proteccionista que dio Estados Unidos con la asunción de Donald Trump tiene consencuencias imprevistas. La decisión de postergar por 60 días la autorización para importar limones desde la Argentina no puede ser interpretada sólo como un infortunio de la fecha de publicación de la norma poco antes del recambio presidencial. La Casa Blanca está ahora más sensible que antes a cualquier reclamo de industriales y productores norteamericanos frente a la competencia externa. Eso lo entendieron rápidamente los productores de California que festejaron la postergación del ingreso de limones argentinos y advirtieron que trabajarán para impedirlo. Los exportadores frutícolas no descartan que tengan que enfrentar un nuevo bloqueo judicial, como en 2001.

La ocasión obliga a actuar con más inteligencia que desesperación. Los escenarios de "guerras comerciales" no suelen favorecer a quienes las inician. Washington tiene más para perder que para ganar si va a un enfrentamiento abierto con China o México, dos de sus socios más importantes. Si se da finalmente una disputa de ese tipo a la Argentina se le abrirán resquicios para aprovechar. Y si no hay enfrentamientos también deberá acelerar su inserción en los mercados externos. Muchas otras opciones no tiene.