Sin dudas las últimas lluvias que golpearon la región núcleo, específicamente en el centro y sur de la provincia de Santa Fe, tuvieron un impacto muy negativo con características determinantes tanto para la producción, el medio ambiente como la componente social. Desde el punto de vista climatológico, y considerando una escala regional, las lluvias de origen convectivo fueron la principal protagonistas en el último evento.

La pregunta que nos debemos realizar es ¿Que son las lluvias convectivas?

Son lluvias que en poco intervalo de tiempo generan una extraordinaria oferta de agua en regiones de radio aproximado 100 Km; tienen origen en un inusual ascenso de aire que provoca la condensación del vapor de agua, ésta pasa a estado líquido, y finalmente precipita en una fenomenología que está acompañada por "cúmulos de tormentas".

En este contexto, el pronóstico a corto plazo es el que cobra alto protagonismo basado esencialmente en el monitoreo del índice y disponibilidad de humedad, la presencia de una masa de aire con características cálida e inestable y el arribo de una perturbación que logre ascender el aire caliente para provocar el desencadenante del evento.

Si recordamos el mapa de lluvias acumuladas y la situación meteorológica gobernada por la masa de aire cálida e inestable del lunes 16, confirma lo dicho anteriormente.

Parte de los extraordinarios fenómenos de anegamientos e inundaciones en distintas localidades del país, más especialmente en la Provincia de Santa Fe, con el origen convectivo, han provocado grandes pérdidas en las producciones de cultivos como el maíz y la soja y también impactos negativos en la lechería y en la ganadería.

En los últimos 20 años dichos fenómenos convectivos se hicieron más frecuentes y más intensos, por lo cual indudablemente son hoy un tema muy preocupante para los productores que pueden recibir sus efectos. La actual campaña con los rindes proyectados luego del último evento confluye a niveles de producción en torno a la normalidad e incluso inferiores. Sin embargo, eventos de estas características priorizan el monitoreo de corto plazo ante el fortuito comportamiento climático de largo plazo.