ARROYO SECO.- El Arroyo Seco, que divide la localidad que lleva ese nombre de General Lagos, a unos 30 kilómetros de Rosario, acostumbra ser un hilo de agua. Es insignificante. Pero ayer a la madrugada volvió a embravecerse, como lo hizo tres veces en los últimos 21 días, cuando empezó a recibir el agua de los campos del oeste.

"Fue muy rápido porque el agua tenía fuerza. Y provocó muchos daños", confesó Alfredo Segovia, un vecino de las afueras de Arroyo Seco, cuya casa quedó por unas horas bajo agua. Los daños que provocó la inundación sobreviven a esa lluvia repentina y brava que en sólo ocho horas alcanzó los 320 milímetros en el pluviómetro de Arroyo Seco.

La situación comenzó a normalizarse ayer al mediodía en esa ciudad, luego de que el agua comenzó a drenar hacia el Paraná, algo que anteanoche era imposible por el gran caudal que desbordó los dos arroyos que atraviesan la ciudad, como son Arroyo Seco y Frías. Las nubes oscuras que merodeaban hacían temer lo peor. Pero el cielo resistió, y la autopista Rosario-Buenos Aires se reabrió al tránsito poco después del mediodía.

La situación mejoró en Arroyo Seco, pero el panorama era preocupante en otras localidades del sur de Santa Fe, como Pueblo Esther, Chabás, Firmat, Chovet, Villa Constitución, Murphy, Elortondo, Wheelwright, Labordeboy y Miguel Torres, entre otras.

"Cuando llegamos a la altura del Arroyo Pavón el agua empezó a subir y arrastrar al colectivo hacia la banquina, a la derecha, el agua llegó a la mitad del colectivo. Y todos subimos alrededor de la 1.20 de la madrugada", contó David, uno de los pasajeros.

"Desde esa hora hasta las 3 fue horrible porque no sabíamos qué iba a pasar, y por suerte llegaron los bomberos para rescatarnos. A las 3.30 nos tiraron una soga que atamos en los asientos, para lo que tuvimos que romper las ventanillas y salir", apuntó.

"La gente mayor que vive desde siempre en Arroyo Seco nos contó que nunca vieron algo así", relató el titular de Defensa Civil de Arroyo Seco, Rodolfo Bartucci. Según enumeró el funcionario, "en sólo 21 días hubo tres inundaciones" en la zona. "Esto se transformó en una pileta", graficó el funcionario.

Unas 200 personas tuvieron que ser evacuadas en Arroyo Seco. En la provincia hay un total de 600 personas en centros de atención. Y los funcionarios de Protección Civil de Santa Fe debieron utilizar las lanchas del Ejército para poder sacar a vecinos que no lograban salir por sus propios medios.

El jefe comunal de la localidad de Chabás, Lucas Lesgaret, también describió un panorama preocupante en esa localidad santafesina, ubicada a 80 kilómetros al oeste de Rosario. "Es la peor inundación que nos ha tocado. Una tragedia. Tenemos más de 100 evacuados", señaló.

Marcos Escajadillo, secretario de Protección Civil, mostró su preocupación "porque el suelo no absorbe". Uno de los diagnósticos que se maneja desde el gobierno de la provincia es que además de las lluvias caudalosas el problema es más de fondo, y tiene que ver con una falta de ordenamiento hídrico de las provincias de Córdoba y Santa Fe, donde las canalizaciones en los campos se han multiplicado en los últimos años. Los comités de cuenca, órganos estatales para discutir esta problemática, no han funcionado como se esperaba.

El gobierno de Santa Fe envió de urgencia a relevar algunos puntos críticos. Personal de Recursos Hídricos está abocado a relevar las cuencas en las zonas de Firmat, Teodelina y Chovet, donde se realizó una obra de alcantarillado de emergencia. Hoy llegarán las máquinas para desobstruir los desagües y demás obstáculos que pueden dejar los anegamientos.

En agosto de 2015, Sanford, un pequeño pueblo de 1800 habitantes, quedó sepultado bajo el agua. Los vecinos de Chabás y Arequito drenaron la zona por los canales y el agua terminó en Sanford, cuyos habitantes pretendían desligarse.