La producción agropecuaria uruguaya se mantiene estancada, aunque asoma cierta recuperación. Acostumbrado al boom producido entre fines de 2002 y 2013, el campo oriental cerró un 2016 con baja de actividad y comenzó el año con proyecciones más estables. Según la proyección del gobierno de Tabaré Vázquez, la producción agropecuaria apenas crecerá 0,05% este año.

Luego de un 2015 con un aumento de la producción del 1,2%, el año pasado, según los cálculos del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), se produjo una caída del 1,37%. Por rubros, la producción de carne vacuna, que había crecido 6,8% en 2015, terminó 2016 con una baja del 3%, pero para este año la proyección da un incremento del 1,7%.

En el caso de la leche, la baja del 2% de 2015 se agravó en 2016 con una brusca caída (-11%), aunque apunta este año a tener un aumento del 2%.

La producción de trigo se había recuperado un 7,2%, pero el año pasado cayó 28,9% y para este ejercicio la proyección da una nueva baja del 8,2%. En el caso de la cebada, venía de dos ejercicios con fuertes subas (46% en 2015 y 98,5% el año pasado), pero ahora la previsión es una baja del 9,9%.

La producción de arroz había bajado dos años seguidos, pero levantó el año pasado con una suba del 3%, aunque para este año se espera una baja del 1,2%.

El maíz tuvo una brusca caída en 2014, seguida de una recuperación del 1,8% en 2015, pero el año pasado sufrió una baja del 27,1%; para esta nueva zafra proyectan un incremento del 8,4%.

La soja tuvo bajas de producción (la más fuerte en 2015, cuando cayó 28,7%), pero el año pasado logró un aumento significativo del 19,6%. Para este año se prevé que no haya cambios en el volumen de producción de la oleaginosa.

El reporte anual de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria del MGAP destaca que "en el segundo año consecutivo de funcionamiento a pleno de las dos plantas de celulosa del país, la cadena forestal volvió a tomar protagonismo en el conjunto de las cadenas agroindustriales".

En ese sentido, sostiene que "para el cierre de 2016 se espera que las exportaciones de la cadena forestal se hayan reducido 1% en valor respecto del año anterior", y que ahí se "destaca el comportamiento de las ventas de celulosa, las cuales crecerían levemente medidas en dólares, debido a la combinación de aumento de volúmenes exportados y disminución del precio de venta".

El aumento de los inventarios y de las exportaciones fueron las claves de la suba de la producción de carne vacuna en el ejercicio 2015-16, que se ubicó casi 7% por encima del período anterior. En este período se destacó el quinto aumento consecutivo de los stocks (que superaron los 12 millones de cabezas) y los niveles de exportaciones en pie, que en cantidad de animales superaron el máximo histórico (que había sido en 2010/2011).

Sobre el volumen de exportaciones de carne bovina, la Oficina espera que se ubique en 2016 "por encima de los registros del año anterior", pero medido en divisas se espera un estancamiento, debido a que se registran menores precios de venta en promedio.

Para el nuevo año agrícola se espera un incremento de la faena comercial del 4%, pero se dará en paralelo con una baja de producción del 3%, lo que se explica por la leve baja de inventarios en términos de peso vivo.

En tanto, el responsable de esa oficina oficial, Adrián Tambler, presentó un estudio sobre recaudación impositiva del sector, que muestra que la presión tributaria sobre el agro se mantuvo estable en 2016. Eso fue porque el cambio impositivo, que implicó un aumento en la contribución inmobiliaria, se compensó con una reducción de los impuestos vinculados a la renta.

"No hubo un cambio sustancial y se mantiene en los promedios de otros años", con un 8,1% sobre el producto agropecuario, dijo Tambler. Agregó que para 2017 se espera que la presión tributaria del campo "se mantenga en ese entorno".