El Gobierno enfrentará hoy la inevitable obligación de presentar la inflación de 2016 como la más alta desde 2002, con un contraataque. Si bien el alza de los precios se desmadró el año pasado, especialmente en los primeros seis meses del ejercicio (con otro pico en octubre), en los últimos dos meses de 2016 se logró tomar control de la variable y se pudo mostrar que en los últimos dos meses del ejercicio el IPC registró los menores niveles en mucho tiempo. Al punto que el siempre crítico (al menos hasta diciembre pasado) informe semanal del Banco Central de la República Argentina (BCRA) publicado los martes fue ayer apologético con los resultados inflacionarios. Al punto de argumentar que el Gobierno de Mauricio Macri, por primera vez cumplió con las metas comprometidas de inflación mostrando los indicadores más bajos en todo 2016. Para la entidad que maneja Federico Sturzenegger, ahora sí habría posibilidades ciertas de que el Gobierno pueda hablar sin temores de un alza en los precios del 20%, o menos, siempre que continúe la tendencia registrada entre noviembre y diciembre. En el primer mes, el alza según los datos oficiales del IPC que elabora el INDEC de Jorge Todesca, registró un 1,6%; mientras que hoy el organismo publicará el dato de diciembre, con un incremento más cercano al 1%.

El Gobierno argumentará hoy, además, que por primera vez desde que asumió Mauricio Macri el alza interanual de la inflación es menor al 20%, luego de promediar un 2016 donde la comparación contra 2015 resultaba más cercana al psicológicamente peligroso porcentaje del 40%. Hubo, incluso, meses donde la comparación era aún superior al 42% fantasmal que Eduardo Duhalde tuvo que reconocer en 2002, luego de la salida de la convertibilidad y la megadevaluación que llevó al dólar a los cuatro pesos por unidad.

En su informe publicado ayer, el BCRA menciona que los datos del IPC CABA que mide el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se incrementó un 1,2% "con un componente núcleo de un 1,3%", y el dato del alza de los precios en Córdoba con un alza del 1,8%. Para el Central, "con estos resultados, el segundo semestre finaliza con una tasa de inflación anualizada del 19,1% en la Ciudad de Buenos Aires y del 19,4% en Córdoba. Esto representa una fuerte desaceleración respecto del primer semestre". Lo más importante viene después. Según el BCRA, los datos porteños y los de Córdoba mostrarían que "se cumplirá el objetivo inflacionario para el cuarto trimestre de 2016. Asimismo, los primeros datos de enero se encuentran en línea con el sendero de desinflación trazado por la autoridad monetaria", un optimismo sobre la evolución de la variable casi inédito desde la entidad oficial. El Central completó el informe asegurando que el banco "seguirá manteniendo un claro sesgo antiinflacionario para asegurar que el proceso de desinflación continúe hacia su objetivo de una inflación entre el 12% y un 17% durante este año".

El Ejecutivo se subirá mañana al mismo análisis, luego de que se conozca el dato oficial inflacionario de diciembre. Lo primero que se remarcará es si finalmente, como adelantó este diario, el incremento anualizado del IPC se ubica por debajo de la barrera del 40%. Ayer en el palacio de Hacienda había optimismo luego de conocerse el 41% de la Ciudad de Buenos Aires. Sucede que durante todo 2016 (salvo en el registro de agosto, donde hubo deflación porteña por la suspensión del alza de las tarifas), siempre la inflación porteña se ubicó unos puntos porcentuales por encima de la medición del INDEC. Si finalmente el dato que se publicará hoy a las 16 se ubica cerca de 1% (o menos), la proyección anual no superará el 40%. Esto pese a que el organismo comenzó a medir la variable en mayo del año pasado, luego de las correcciones que el propio Todesca comandó durante el primer trimestre del año.

El dato de hoy, con la interpretación oficial de una inflación en baja y un interanual de menos del 20%, es esperado con ansiedad por varios actores políticos argentinos. Esa información será la que se tendrá en cuenta cuando desde febrero comiencen las negociaciones tanto en la administración pública nacional como en la provincia de Buenos Aires, por los incrementos salariales para las paritarias de 2017. La intención, tanto del ministro de Hacienda Nicolás Dujovne como de la gobernadora María Eugenia Vidal, es que los incrementos salariales del sector público no superen el 20% bajo el argumento que desde noviembre el registro inflacionario interanual proyecta un 17%. Si saliera bien esta negociación con los gremios que representan a los sectores públicos, será luego el turno para que el sector privado sindical también "compre" el dato de una inflación anual controlada y muy lejana al 40% con que navegó durante todo 2016.