Corrientes marinas

La campaña agrícola 2016/17 viene observando una cambiante evolución climática. Luego de abundantes lluvias en octubre y a comienzos de noviembre hubo registros por debajo de lo normal durante la segunda quincena de noviembre y los primeros 20 días de diciembre. Según el especialista Eduardo Sierra, este cambio no fue provocado por La Niña, cuya intensidad fue demasiado débil como para provocar efectos significativos, sino por un enfriamiento del océano Atlántico frente a las costas argentinas, causado por un notable fortalecimiento de la corriente marina fría de Malvinas, que ascendió hacia el norte, impulsada por los vientos polares, generando una suerte de "Niña atlántica" que redujo las precipitaciones en gran parte de la región pampeana.

 

Con la llegada del verano, el escenario climático volvió a cambiar de signo, debido al fortalecimiento de la corriente marina cálida del Brasil, que bajó desde el Ecuador hacia el Sur, para aportar aguas calientes y desplazar a la corriente de Malvinas.

 

Debido a este proceso, comenzó una sucesión de tormentas que repusieron la humedad del suelo en gran parte del área afectada, aunque no en el sudoeste y parte del sudeste de la región pampeana. Lamentablemente, estos eventos también causaron desbordes de ríos y arroyos, y anegamientos en muchos campos.

 

Lluvias desparejas

 

"A medida que avance el verano, se afianzará la circulación tropical aportando lluvias y calor a la mayor parte del área agrícola nacional. No obstante, la distribución de los elementos climáticos será despareja y se alternarán lapsos cálidos no demasiado prolongados, con tormentas con riesgo de granizo, vientos y aguaceros torrenciales, seguidas por cortas entradas de aire fresco", proyecta Sierra.

 

"Lamentablemente, es probable que el sudoeste y el sudeste de la región pampeana continúen bajo la influencia de los vientos polares y registren precipitaciones inferiores a lo normal", adelanta.

 

Por su parte, el meteorólogo Leonardo de Benedictis proyecta pocos eventos de lluvias para la región pampeana norte durante enero y febrero, pero de gran caudal cada uno, con posibilidad de tormentas violentas. Para la región pampeana sur los pronósticos son más desalentadores: continuará el ciclo de lluvias menores a lo normal por un bloqueo que impide el ingreso de humedad.

 

"Se puede trazar una línea imaginaria que va desde el sur de Córdoba hasta Mar del Plata, debajo de la cual hay malos pronósticos para el verano, porque se desarrollarán sólo tormentas breves, con pocos caudales, que provocarán cambios menores en la condición atmosférica, que continuará con predominio de días soleados", pronostica.